Riad (AFP) – El presidente de Argentina, Alberto Fernández, denunció este sábado en la cumbre del G20 los «niveles alarmantes de desigualdad» en el mundo y pidió «cooperación y solidaridad» frente a la pandemia.
«El mundo transita hacia niveles alarmantes de desigualdad (…) La pandemia dejó en evidencia esa desigualdad, a la que debemos atacar para vivir en un mundo más equilibrado», afirmó en una intervención por videoconferencia en la cumbre, que este año se celebra en Arabia Saudita pero de manera virtual por las restricciones.
La reunión de dos días de los países más ricos del mundo (19, a las que se suma la Unión Europea) empezó este sábado con una agenda dominada por los esfuerzos para frenar el coronavirus y sus devastadoras consecuencias económicas, entre ellas la deuda.
«La cooperación y la solidaridad son dos elementos clave para luchar contra la pandemia» dijo Fernández, destacando que su país acoge ensayos clínicos en fase 3 de tres posibles vacunas.
Aseguró además que «produciremos además la vacuna desarrollada por la universidad de Oxford que se distribuirá en forma equitativa de 150 a 250 millones de dosis a los países latinoamericanos».
Argentina suma 1,3 millones de contagios por coronavirus, con unas 36.000 muertes desde marzo, sobre un total de 44 millones de habitantes.
La deuda también está en la agenda de la cumbre del G20 frente al colapso de su financiación externa para los países más pobres, en el contexto de la pandemia.
La semana pasada los ministros de finanzas del grupo acordaron un «marco común» para aliviar esa carga, en el que participan por primera vez China y los acreedores privados.
En este sentido Fernández aseguró en su intervención que el país hizo «un enorme esfuerzo fiscal» que «tenemos que empezar a regularizar en el futuro, y para eso es muy importante efectivamente la acción del mundo y los organismos internacionales de crédito».
El viernes su ministro de Economía, Martín Guzmán, ya pidió en una reunión de ministros de Finanzas del G20 «apoyo» en la negociación argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Una misión del FMI, que llegó al país el 10 de noviembre y terminó el viernes, estudió como implementar un nuevo programa para reemplazar el acuerdo «Stand-By», suscrito en 2018 por el gobierno del expresidente Mauricio Macri por unos 57.000 millones de dólares.
Tras su llegada al poder, en diciembre de 2019, el presidente de centroizquierda Alberto Fernández renunció a los tramos pendientes, por lo que Argentina solo recibió 44.000 millones de dólares.