Buenos Aires (AFP) – Argentina mejora la oferta a acreedores de su deuda en dólares por unos 66.000 millones de dólares y extiende la negociación hasta fines de agosto, con el fin de lograr a contrarreloj un acuerdo crucial en medio de la pandemia que golpea su debilitada economía.
«La nueva oferta se va a conocer hoy (domingo). Va a estar abierta hasta fines de agosto. Es un esfuerzo enorme el que estamos haciendo. Es el máximo esfuerzo que podemos hacer», declaró a radio Milenium el presidente argentino, Alberto Fernández.
El vencimiento de las negociaciones con los acreedores bajo legislación extranjera, iniciadas el 20 de abril, estaba previsto para el 24 de julio, sin embargo el gobierno decidió extenderlas por séptima vez hasta el 28 de agosto.
La propuesta debe primero publicarse en el Boletín Oficial y luego ser presentada ante la SEC (Comisón de Valores) en Nueva York.
Una fuente gubernamental dijo a la AFP que la nueva propuesta de reestructuración «se acerca a 53 dólares» por cada plancha de 100 dólares. La primera oferta estaba en el orden de los 39 dólares por cupón de 100 dólares y fue rechazada por la mayoría de acreedores.
«Hay que ver si (ndlr: la presentación de la nueva oferta) se hace hoy como dijo el presidente o mañana o el martes», añadió una fuente cercana a las negociaciones.
Encaminadas
«Espero que las conversaciones, que están bien encaminadas, terminen bien. Siempre tengo expectativas de que sea así», dijo el mandatario de centroizquierda.
Argentina propuso un canje a estos tenedores de bonos, pero no alcanza aún un entendimiento sobre las quitas de intereses y plazos de gracia.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, había admitido «duras diferencias» con el grupo de tenedores de bonos Ad Hoc, en el cual se encuentra el poderoso fondo de inversión Blackrock, que acusó al gobierno argentino de «falta de compromiso» en su propuesta para avanzar en la negociación.
«Los grupos Ad Hoc y Exchange quieren dejar claro que desde el 17 de junio no ha habido ningún avance significativo con las autoridades argentinas», señalaron en un comunicado difundido la semana pasada estas dos agrupaciones que representan a tenedores de bonos por unos 21.000 millones de dólares.
A la vez, se dijeron dispuestos a lograr un «acuerdo de consenso que sea sostenible tanto para Argentina como para los acreedores».
Pero el acuerdo deberá lograrse cuanto antes. La semana pasada vencieron intereses de otros bonos por unos 600 millones de dólares, aunque tienen un periodo de gracia de un mes más antes de quedar en default.
El Grupo Ad Hoc había calificado semanas atrás las negociaciones como un «fracaso» y advirtió que evaluaba reclamar su pago ante los tribunales de Nueva York.
Los bonos que Argentina se propone canjear fueron emitidos bajo legislación extranjera, por lo que son susceptibles de demandas judiciales en el exterior. Esta negociación incluye títulos de 2005 y 2010, producto de una anterior reestructuración, y otros colocados a partir de 2016.
Un acuerdo sostenible
«Espero que los acreedores y la sociedad entiendan que pedirnos más esfuerzo significa empezar a fallar la promesa tomada» que permita a los argentinos «no postergar más a los que están postergados», declaró Fernández.
En recesión desde 2018, la economía argentina se ha visto más castigada aún por la pandemia del nuevo coronavirus. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que este año caerá 9,9%.
Con el respaldo del FMI, Fernández insiste en que el arreglo debe ser sostenible para que el país pague lo que está en condiciones de afrontar.
En medio de las negociaciones, se considera que Argentina entró en suspensión de pagos el 22 de mayo al vencerse el período de gracia de un vencimiento por 500 millones de dólares.
«Si esto se analiza racionalmente acá no se les pide (a los acreedores) que pierdan, sino que dejen de ganar lo que ganaban en exceso», advirtió el presidente y se refirió «al gobierno anterior (de Mauricio Macri 2015-2019), que dio condiciones a los títulos insólitas, las que el mundo no daba, que le permitió ganancias a los acreedores que el mundo no reconocía».
Estos bonos representan casi la quinta parte del volumen global de la deuda, de unos 324.000 millones de dólares, equivalente a 90% del Producto Interno Bruto de Argentina.
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