Buenos Aires (AFP) – El gobierno argentino prevé un impuesto de 30% a la compra de divisas para ahorro, entre otras medidas incluidas en un proyecto ley enviado este martes al Congreso con el que pretende cuanto antes «resolver la crisis social y económica» del país.
«Estas medidas son parte de un plan integral y de un esfuerzo persistente», explicó el ministro de Economía, Martín Guzmán, en una conferencia de prensa para presentar ese proyecto que, incluye también el congelamiento de tarifas de servicios públicos por 180 días y aumento de impuestos a las exportaciones de granos.
La prioridad del gobierno de centroizquierda de Alberto Fernández es que «Argentina deje de caer» y «proteger a los sectores más vulnerables», señaló el ministro, muy crítico de la gestión del liberal Mauricio Macri, quien dejó la economía argentina con una caída estimada en 3,1%, inflación en torno a 55%, pobreza cerca de 40% y un desempleo de 10,4%.
Tras el anuncio, la bolsa de Buenos Aires bajó. El índice líder S&P Merval cedió 1,86% a 36.918 puntos lastrado por la caída de las acciones del sector de energía.
– «No hay dólares» –
Menos de una semana después de asumir, el gobierno anunció que gravará en un 30% las compras en el exterior con tarjetas de crédito y a los viajes al extranjero, al igual que a las operaciones con medios electrónicos que impliquen pagos en dólares, como el abono a Netflix.
Pero este martes añadió que se aplicará un impuesto de 30% también a la compra para atesoramiento. «No hay dólares», subrayó el ministro argentino.
El impuesto comenzará a aplicarse en cuanto el Congreso apruebe estas medidas que ingresaron este mismo martes al parlamento.
«Necesitamos desalentar el ahorro en una divisa que no producimos», dijo el ministro.
Una gran mayoría de los argentinos tiene sus ahorros en dólares y gran parte de ellos se encuentra en el exterior. Según el Banco Central, las reservas internacionales son de 43.700 millones de dólares, unos 19.000 millones menos que el año pasado.
Y en el último año el peso argentino se devaluó en casi un 40%.
«El 70% de la recaudación del impuesto será destinado a financiar la seguridad social y el 30% para infraestructura y vivienda», explicó este alumno del Nobel de Economía Joseph Stiglitz.
El funcionario aseguró que se mantendrá el cepo cambiario que impuso Macri al final de su mandato con un límite de adquisición mensual de 200 dólares.
De momento, las medidas preocupan a muchos argentinos. Es el caso de Valeria Pereyra, una secretaria de 41 años para quien esto le «afecta bastante». «En nuestro caso nuestro plan de vacaciones», añadió.
– Deuda Pública –
Los expertos insisten en que el mayor reto del gobierno es reducir la enorme deuda externa acumulada durante los cuatro años de la administración Macri.
Con los mercados de crédito cerrados, el aumento corresponde en su mayor parte a los fondos recibidos del crédito de 57.000 millones de dólares que el FMI dio a Argentina el año pasado.
De ese total, el FMI entregó 44.000 millones de dólares, pero Fernández ya aclaró que no quiere recibir los 13.000 millones restantes.
El escenario para el país sudamericano no puede ser más complicado. La subida de la deuda coincide con una caída de la actividad económica. «Es imposible que una empresa que está en gran ahogo de deuda se pueda recuperar», dijo el ministro.
– Tarifas congeladas –
Para los sectores más empobrecidos se instrumentarán devoluciones impositivas. En cambio se prevén mayores cargas sobre los sectores pudientes, entre ellas una readecuación de alícuotas del impuesto a los bienes personales.
Para el economista Matías Carugati, el proyecto «otorga amplísimas facultades al Poder Ejecutivo». Aunque admite que esta política de «gasto con subas impositivas» está dentro de «lo esperado» de parte de este gobierno.
El gobierno decretó el sábado un aumento de los impuestos a las exportaciones agropecuarias (sobre todo la soja, el cultivo estrella) medida que suscitó un fuerte enfrentamiento del sector cuando gobernaba Cristina Kirchner (2007-2015), actual vicepresidenta.
Este martes Guzmán fue más lejos al anunciar que se subirán los topes de la tasa que grava las exportaciones de soja hasta el 33% y en el caso del trigo y el maíz hasta el 15%, una medida que ya provocó la alarme entre el sector del agro.
«Reconozco la importancia del sector agropecuario. Pero necesitamos una economía estable», dijo Guzmán, al tiempo que anunció un congelamiento de tarifas por 180 días hasta diseñar un nuevo mecanismo de indexación por inflación.
En Argentina, uno de los principales productores de alimentos del mundo, el campo es el único sector que ha crecido un 46% interanual en el segundo trimestre del año.