Caracas (AFP) – Arengas, abucheos y acusaciones marcaron el regreso del bloque oficialista este martes al Parlamento venezolano, del que se había retirado hace tres años alegando que la amplia mayoría opositora se encuentra en desacato.
«¡Chávez vive, la patria sigue!», corearon los diputados del presidente socialista Nicolás Maduro a su llegada al palacio legislativo en Caracas, para una sesión que comenzó con una hora de retraso.
El debate fue presidido por el jefe parlamentario Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino de Venezuela por medio centenar de países que consideran ilegítima la reelección de Maduro en 2018.
«Hay un reconocimiento implícito al único órgano legítimo de Venezuela, que es el Parlamento», afirmó Guaidó antes de las deliberaciones en las que acusó al gobierno de haber creado una «emergencia humanitaria».
«Es un gesto democrático del gobierno legítimo de Venezuela que preside Nicolás Maduro», replicó por su parte la diputada Tania Díaz.
El máximo tribunal venezolano, de línea oficialista, declaró en desacato a la cámara en 2016, por lo que todas sus decisiones son consideradas nulas. La oposición controla dos tercios de los 167 escaños.
«Estamos listos para ayudarles a salir del desacato», declaró a periodistas el coordinador de la fracción chavista, Francisco Torrealba, quien no pudo participar en el debate, pues según la oposición perdió su curul al haber aceptado un cargo de ministro.
Las alusiones al desacato desataron abucheos de las barras opositoras, desde donde se reclamó la liberación de «presos políticos».
La vuelta de los legisladores oficialistas forma parte de un diálogo iniciado el 16 de septiembre entre el gobierno y un grupo de la oposición que cuenta con seis congresistas.
Dichas conversaciones fueron pactadas al quedar suspendido otro diálogo entre el gobierno y delegados de Guaidó, con la mediación de Noruega.
«Que sea el pueblo el que decida», lanzó el líder opositor a los diputados chavistas, reiterando su exigencia en la mesa de negociación para que se celebren nuevas elecciones presidenciales.
Guaidó declaró agotado el proceso auspiciado por Noruega, del que se retiraron en agosto los negociadores de Maduro en rechazo a las sanciones de Estados Unidos, a las que culpan del agravamiento de la peor crisis económica en la historia reciente del país petrolero.