México (AFP) – El presidente de México Andrés Manuel López Obrador aseguró este viernes estar satisfecho con la aprobación de una reforma constitucional para crear la Guardia Nacional, a pesar de las modificaciones que tuvo el proyecto, entre ellas la eliminación de un fuerte componente militar.
«Estamos muy satisfechos con la reforma constitucional, con la reforma de la Guardia Nacional. Fue un hecho trascendente, histórico, porque la reforma permite que las Fuerzas Armadas nos ayuden en labores de seguridad pública», dijo en su conferencia matutina.
Tras maratónicas negociaciones, Morena, el partido de López Obrador que cuenta con mayoría absoluta en el Senado, alcanzó un consenso con todos los partidos de la oposición para votar por unanimidad y sin discusión la Guardia Nacional propuesta por el mandatario para combatir la ola de violencia ligada al narcotráfico.
Sin embargo, el proyecto original enviado al Congreso bicameral tenía un fuerte componente militar y no establecía una temporalidad a la participación de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública.
La propuesta sufrió 20 modificaciones, entre las que destaca que la Guardia Nacional responderá desde su inicio a la secretaria de Seguridad, mientras que el proyecto anteriormente aprobado por los diputados la dejaba por cinco años bajo el mando de los militares a manos de la Secretaría de la Defensa.
Morena requería votos de la oposición porque una reforma constitucional exige mayoría calificada (dos tercios de los escaños).
La propuesta pasó a la Cámara de Diputados para su eventual aprobación. Luego será sometida a los 32 legislativos estatales, de los cuales se requiere la aprobación de al menos 17.
Las Fuerzas Armadas fueron sacadas a las calles a combatir el narcotráfico en diciembre de 2006 actuando sin marco legal, lo que desató duras críticas de la oposición, de defensores de derechos humanos y del mismo López Obrador, quien en campaña prometió que los militares volverían a sus cuarteles.
La participación militar en la lucha antidrogas se acompañó de una vertiginosa ola de violencia. Según cifras gubernamentales, desde diciembre de 2006, se han registrado más de 200.000 muertes violentas, aunque no se detalla cuántos casos estarían ligados al crimen.
La cifra de homicidios en México se disparó a 33.341 en 2018, la más alta desde que se inició el registro en 1997.
Aunque López Obrador asegura que la violencia ha menguado desde que asumió en diciembre, el mes pasado se registraron 2.853 asesinatos, según cifras oficiales, lo que lo convierte en el mes de enero más sangriento.