Cleveland (Ohio).- Con la Cuaresma en marcha, veremos un montón de pescado frito local.
Pero en cuanto a las frituras, es mejor disfrutarlas con moderación o buscar alternativas.
«Normalmente, el pescado frito es literalmente eso: pescado frito y rebozado. Sin embargo, puedes buscar opciones más saludables, como un bacalao al horno o a la plancha», explicó Beth Czerwony, dietista titulada de la Clínica Cleveland.
Entre el rebozado y el aceite, Czerwony afirma que el pescado frito puede contener muchas calorías y grasas saturadas por porción.
Por eso, si es posible, es mejor elegir un pescado al horno o a la plancha.
Si aún quieres esa textura crujiente en casa, freírlo al aire puede darte la misma textura crujiente sin esos aceites añadidos.
También puedes preparar tu propia salsa tártara más saludable con mayonesa ligera o yogur griego bajo en grasa.
En general, Czerwony recomienda incorporar pescado a tu dieta por los beneficios que ofrece si se prepara correctamente.
«El pescado puede ser bajo en grasa y colesterol, además de ser una buena fuente de proteínas y ácidos grasos omega-3. El salmón, las sardinas y los pescados más olorosos y con más sabor a pescado tienden a ser más ricos en ácidos grasos omega-3», explica Czerwony.
«Existe una correlación directa entre los omega-3 y la disminución de la inflamación, lo que a su vez ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares».
Si no te gusta mucho el marisco, Czerwony recomienda probar algo como el bacalao o la tilapia para empezar.
También puedes añadirlo a un gumbo si no te apetece comer pescado solo.