Washington, 21 mar (EFE).- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, prometió dar voz a las ONG de Venezuela mientras esté al frente del organismo porque los venezolanos no tienen cómo responder a «un régimen autoritario que les niega los derechos más básicos».
«La voz de la sociedad civil nunca será callada en la OEA mientras yo sea secretario general de la misma», dijo hoy Almagro en su discurso de apertura de una mesa redonda con cuatro de las principales organizaciones no gubernamentales de Venezuela.
El excanciller uruguayo abrió hoy las puertas de la sala más solemne de la OEA, el Salón de las Américas, a los defensores de los derechos humanos en Venezuela, que expusieron un panorama desolador del país, y a cualquier otro ciudadano interesado en el tema, entre los que había algunas personas del exilio venezolano en Miami.
Una decena de personas, ninguna de ellas venezolana, acudió a protestar contra Almagro y, en declaraciones a la prensa, acusaron a las ONG de mentir para perjudicar al Gobierno de Nicolás Maduro.
Uno de ellos, un hombre que se negó a identificarse, usó el turno de preguntas a las organizaciones para reprochar a Almagro que no denuncia, a su juicio, otras violaciones de derechos humanos en el continente y sí las de Venezuela.
Almagro dejó su asiento y salió al estrado para responderle, visiblemente enojado.
«Está mal informado, y es una vergüenza que esté hablado así sin saber las cosas que la organización ha hecho sobre todos estos casos. Es increíble que, ante esas circunstancias de ignorancia, haya expresado su opinión, por favor, vuelva y mire cada documento en el que hemos mencionado cada uno de esos casos», dijo Almagro.
Acto seguido, abandonó la sala haciendo la seña «V» con los dedos entre aplausos de los defensores de derechos humanos venezolanos y los abucheos de la decena de personas que acudió a protestar contra él.
En resto del evento transcurrió con normalidad, y las organizaciones venezolanas pudieron tener el altavoz de la OEA, que emitió la sesión en directo en su página de Facebook, para denunciar lo que consideran una crisis política, de justicia, de seguridad, alimenticia, médica y de derechos humanos en el país.
Gonzalo Himiob, director del Foro Penal Venezuela, afirmó que en el país hay 115 presos políticos y que se han contabilizado 6.893 arrestos de índole política desde enero de 2014.
La directora de Transparencia Venezuela, Mercedes De Freitas, habló de una «corrupción enquistada que convierte el dúo corrupción-impunidad en un círculo vicioso que se alimenta el uno al otro».
Además, aseguró que en estos momentos «no hay casi esfera de la vida» que no se rija por los mecanismos de la corrupción, incluida la obtención de alimentos o medicinas.
En ese sentido, Almagro señaló que, después de que el Ejército se hiciera cargo de la distribución de alimentos en julio de 2016, el tráfico de alimentos «se hizo habitual y se estima que ahora genera cientos de millones de dólares en ganancias ilícitas».
Por su parte, Inti Rodríguez, coordinador de investigaciones de Provea, acusó al Gobierno de Maduro de estar «extinguiendo el Estado de derecho» y calificó a la Venezuela de hoy como «una dictadura del siglo XXI».
«A diferencia de lo que el imaginario popular latinoamericano considera una dictadura, este Gobierno llegó al poder por los votos pero se ha valido de los mecanismos de la democracia para cerrar los espacios de las libertades democráticas, algo muy parecido al Perú de (Alberto) Fujimori (1990-2000)», indicó.
Marco Antonio Ponce, director del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, relató «un escenario dantesco de personas que se alimentan de los desperdicios» en los basureros y pidió acción a los Estados de la OEA porque «cada día que pasa va en contra de la dignidad del pueblo de Venezuela».
A la mesa redonda solo asistió una embajadora ante la OEA, la de Paraguay, quien estuvo sentada en la fila de autoridades junto a los observadores permanentes de España, Italia y Francia ante la organización.
Entre el público también pudo verse a funcionarios de menor perfil de las delegaciones de Argentina, Chile, Honduras, Uruguay y Venezuela.
La ausencia de los embajadores del llamado «grupo de los 15», los países que han expresado su preocupación por la situación venezolana en declaraciones conciliadoras, es significativa.
De estos países, entre ellos EEUU, México, Brasil, Perú, Argentina o Colombia, dependerán los siguientes pasos de la OEA sobre Venezuela.
Ninguno de ellos apoya, de momento, la propuesta de Almagro de suspender a Venezuela de la organización si Maduro no convoca elecciones generales en 30 días, pero el pedido del secretario les obliga ahora a buscar un paso intermedio entre la inacción y una sanción que consideran contraproducente.