Washington (AFP) – El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, lanzó el viernes una ofensiva contra el gobierno de Cuba, «la dictadura más antigua» de América, acusándola de «crímenes de lesa humanidad» y de exportar «violencia» a Venezuela y Nicaragua.
Almagro dijo que llegó la hora de descorrer el velo de la comunidad internacional sobre el «régimen cubano» y su «efecto nocivo» en la región, al abrir en la sede de la OEA la primera de una serie de conferencias que el organismo prevé acoger en los próximos meses sobre la situación de los derechos humanos en la isla.
«Es tiempo de generar conciencia de la realidad de la dictadura más antigua en el hemisferio. Es tiempo de iniciar el trabajo desde la OEA, dejando claro la ilegitimidad que tiene una dictadura», señaló.
La OEA, que agrupa a los 35 países del continente, se rige por la Carta Democrática Interamericana, aprobada en 2001.
Pero Cuba no respeta esos valores, aseveró Almagro, por lo que dijo que es necesario dar «visibilidad» sobre una situación que la comunidad internacional internalizó como normal, pero no lo es.
«Siendo consistentes y coherentes con los principios que nos definen, empezamos con esta conferencia, denunciando y llevando a la superficie los mecanismos de terror y represión que Cuba utiliza contra su propia gente y que exporta silenciosamente al resto de la región», dijo.
La cancillería cubana respondió de inmediato por voz de director general para América Latina y el Caribe, Eugenio Martínez, quien aseguró que su país no reconoce “autoridad alguna ni a la OEA ni a su Secretario General, ni a sus verdaderos manipuladores, para juzgar lo que los cubanos hacemos, de manera abnegada, altruista y solidaria, por crecer y desarrollarnos libres e independientes»
– «Enemigo de la democracia» –
Como ejemplo de la «violencia que expande la dictadura cubana», Almagro mencionó la presencia de unos 46.000 cubanos en la Venezuela de Nicolás Maduro, «una fuerza de ocupación que enseña a torturar, reprimir y hace tareas de inteligencia». También citó denuncias de tortura por parte de cubanos en testimonios de opositores al gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua.
«Cuba es enemigo de la democracia y los derechos humanos en cualquier parte del continente. Muchas de las malas prácticas, mucha de la polarización que sufren nuestras sociedades, está inducida directamente por el régimen cubano», aseguró, en medio de fuertes aplausos.
Almagro dijo que combatir «el efecto nocivo» de Cuba en «el resto de la región y la privación de libertades que ocasiona a su propia gente en la isla» será a partir de ahora una «prioridad en la agenda interamericana».
«Es tiempo de que termine la impunidad que viven los dictadores cubanos», añadió, prometiendo «justicia» para las víctimas.
En ese sentido, el funcionario cubano dijo en La Habana que «es una vulgar calumnia lo que dice el Secretario General de la OEA que cubanos participan en actos de torturas en Venezuela y Nicaragua».
«La OEA ha sido siempre una herramienta de Estados Unidos para aplicar la Doctrina Monroe que hoy el gobierno estadounidense revive», agregó.
– Un tribunal para los Castro –
Defensores de los derechos humanos en Cuba, entre ellos Rosa María Payá, hija del fallecido activista Oswaldo Payá, participaron en la conferencia organizada por la OEA y la Comisión Internacional Justicia Cuba, creada en marzo de 2017 en Miami para apoyar la causa de los opositores cubana.
Esta entidad, entre cuyos 10 comisionados hay un disidente chino, pero ningún cubano, ha recopilado y documentado numerosos casos de abusos sufridos por personas dentro y fuera de la isla.
«La idea es que la OEA o un estado soberano tome estos casos y los lleve ante un tribunal internacional que juzgue los crímenes de la dictadura de Castro, como se hizo en Nuremberg contra la dictadura nazi», dijo a AFP el peruano Jorge Villena, integrante de la Comisión, destacando la importancia del aval de Almagro.
En la conferencia, participó vía video Berta Soler, del movimiento de familiares de prisioneros políticos cubanos Damas de Blanco. También se debatió sobre la criminalización de la libertad de expresión en Cuba y las restricciones para el trabajo de los defensores de derechos humanos en la isla.
Cuba fue suspendida de la OEA en 1962, en plena Guerra Fría, pero esa sanción fue levantada en 2009. Hasta ahora, La Habana no ha pedido su reincorporación al organismo regional, para la cual debería suscribir la Carta Democrática Interamericana.