Berlín (AFP) – Alemania entregó el viernes a México y Guatemala varios objetos y esculturas de la época maya que habían sido enterrados en 2007 por un particular en su sótano antes de ser descubiertos el año pasado por la policía.
Las 13 piezas, cuya autenticidad fue certificada, incluyen figurillas, platos y cristales labrados por el pueblo maya entre los años 250 y 850 de nuestra era.
La ceremonia de entrega tuvo lugar en Berlín y estuvo a cargo de Reiner Haseloff, presidente del estado de Sajonia Anhalt, región en la que el año pasado fueron hallados los objetos que ahora entregó a los embajadores Jorge Lemcke Arévalo, de Guatemala, y Francisco Quiroga, de México.
Once de las piezas fueron elaboradas en lo que hoy es Guatemala y dos figuras provienen de Teotihuacán, la ciudad más grande de América precolombina, situada a unos 40 kilómetros de Ciudad de México.
«Confiamos en que otros propietarios de objetos similares sigan el mismo camino», expresó Lemcke Arévalo en una conferencia de prensa. Su colega mexicano habló de un gesto «ejemplar» del Land. «El comercio ilegal de bienes culturales debe evitarse y combatirse», añadió Haseloff.
«Los objetos robados por los saqueadores de tumbas o de antiguas colonias no sólo están en los museos, sino que también pueden encontrarse en nuestras bodegas o en nuestros graneros», afirmó.
Patrimonio cultural –
La policía encontró las 13 piezas en una granja en Klötze, Sajonia Anhalt, una región del este del país. En 2007, su antiguo propietario había enterrado en una caja dos rifles de la Segunda Guerra Mundial, que pertenecían a su abuelo, y los objetos.
Afirmando que quería entregar las armas, cuya posesión es ilegal, el nuevo propietario se había puesto en contacto con las fuerzas del orden en 2020 e indicó el lugar donde los había enterrado en el sótano de la propiedad.
Los policías encontraron los rifles, y ante la estupefacción de todos, incluido el nuevo propietario, también hallaron los objetos envueltos en papel periódico, precisó la fiscalía.
Según el estado de Sajonia Anhalt, las esculturas probablemente fueron robadas por saqueadores de tumbas en Guatemala y México antes de ser vendidas en el mercado negro.
No se inició ningún procedimiento judicial ya que los hechos están prescritos.
El hombre afirmó no tener idea de su origen ni de su valor real. Declaró que los había comprado por unos 100 dólares en un mercado de pulgas de Leipzig, en 2003, según varios medios de comunicación alemanes.
En el mercado del arte, las pequeñas figuras se venden entre 1.700 y 2.300 dólares cada una, según los documentos de expertos presentados en la conferencia.
Las subastas de objetos de esta época no son raras en Alemania. En septiembre, una casa de Múnich había puesto en venta más de 300, todos ellos acompañados de un certificado que demostraba que se encontraban legalmente en Alemania.
La operación había provocado las protestas de varios países de América Latina y el Caribe puesto que se trataba de su patrimonio, según una carta conjunta de sus respectivos embajadores en Alemania.
«El patrimonio cultural de un país no debe ponerse a la venta», reiteró el viernes por su parte el embajador mexicano.