Toda su vida, Suzanne Jackson veía el desfile de las Rosas junto a sus hijos y después con sus nietos, deseando estar en Pasadena. Este año, logró que ese sueño se hiciera realidad.
“Siempre quise venir pero este año él [su esposo] me sorprendió con boletos por mi cumpleaños”, dijo emocionada la anciana. “Me tomó 76 años lograrlo y aquí estoy. Valió la pena”, añadió sonriendo. Durante el desfile, Jackson sostuvo un cartel en donde lo anunciaba.
Pero Jackson no fue la única que tardó años en ver el desfile en persona. Elena Johnson asistió por segunda vez en 40 años, a pesar de que vive en Arcadia, cerca de Pasadena. Para ella, el evento anterior le pareció más grande que el 2016.
“Antes había más carrozas, mas personas. Pero fue hermoso, de todas maneras. Valió la pena levantarse temprano”, dijo Johnson, quien se emocionó con el desfile de los charros y la Banda de Música Búhos de Veracruz.
“Te hace sentir tu corazoncito pequeño, al ver un pedacito de tu país está en este lugar al que tanta gente viene a ver de muchos lugares en el mundo”, añadió Johnson.
Nunca en domingo
Haciendo honor a su promesa de Nunca en Domingo, la edición 128 del Desfile de las Rosas se celebró el lunes 2 de enero. 49 carrozas, 19 bandas y 20 unidades ecuestres recorrieron casi 6 millas a lo largo del Bulevar Colorado para recibir el nuevo año.
Cuando el 1 de enero cae en domingo, el Desfile de las Rosas se lleva a cabo al día siguiente, una tradición que se implementó en 1893. Los organizadores del evento no querían que el desfile asustara a los caballos que estaban atados a la entrada de las iglesias. Aunque ya no se usan caballos para ir a la iglesia, la tradición se ha mantenido hasta ahora
El tema de este año fue Ecos de Éxito y las carrozas debían reflejar en su elaboración, que incluían flores frescas y semillas variadas. Cada uno de los diseños llevó el mensaje de lo que es que posible lograr en la vida, con esfuerzo, dedicación y esperanza.
La carroza de Lucy Pet’s Products logró el registro en el Libro Guinness de Récords como la más grande y más pesada que haya participado en un Desfile de las Rosas, con 126 pies de largo y 148,250 libras de peso.
Una grata experiencia
Para muchos de los asistentes, como Leticia Mercado, era la primera vez que asistían al evento. Para ella, valió la pena asistir al desfile, a pesar del frío que se sintió durante el evento.
“Me gusto todo, los carros, las bandas, pero sobre todo el ambiente. Todo estuvo muy bonito”, dijo Mercado, natural de Nayarit. “Siempre lo veo por televisión pero este año se me dio la oportunidad de venir y me siento súper satisfecha”.
Juan López manejó más de 6 horas desde el día junto con su esposa desde San Francisco para estar en el evento. Era la segunda vez que asistían al desfile.
“Tuvimos muy bonitas experiencias y de hecho eso nos motivó a visitar una vez más este lugar”, dijo López, destacando que el viaje lo habían decidido hacer el viaje a última hora para despejarse un poco viendo las carrozas.