Dora García de Albas es salvadoreña pero es muy devota de la Virgen de Guadalupe. Es por ello que se acercó a la Placita Olvera durante el lunes 12 de diciembre para rendir tributo a la Virgen de Guadalupe.
“[La Virgen de Guadalupe] es muy milagrosa, muy linda y vengo a pedirle que bendiga a mi país, para que haya paz, que es lo que siempre estamos deseando”, dijo García de Albas. “Tengo mucha fe porque ella siempre nos escucha a todos y nos va a hacer el milagrito”.
La inmigrante salvadoreña tiene cinco meses que llegó al país y extraña mucho a su familia que dejó en El Salvador, especialmente a sus hijos. Para ella ha sido difícil porque nunca se había separado de ellos.
“Que mi virgencita de Guadalupe los bendiga y siempre me los lleve por el buen camino, y también a toda mi familia”, dijo García de Albas tratando de contener las lágrimas. “Pido por mi país, por mi familia y por mis hijos”.
Una devoción que traspasa fronteras
Al igual que Garcia de Albas, miles de feligreses de distintas nacionalidades residentes en el condado de Los Ángeles, llegaron hasta la Iglesia de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles para celebrar la aparición de la Virgen de Guadalupe.
Como ya es tradicion en Mexico y Latinoamerica, cada 12 de diciembre se celebra la aparición de la Virgen María al indio Juan Diego, hace 485 años. El hecho, de acuerdo con los relatos de la iglesia católica, ocurrió en un periodo de varios días, con cuatro apariciones entre el 9 y 12 de diciembre de 1531, en el Cerro del Tepeyac.
Durante la cuarta aparición, la Virgen María le pidió a Juan Diego que llevara al obispo las flores que encontrará en el cerro del Tepeyac, envueltas en su tilma. Una vez que estuvo frente al prelado, dejó caer las flores y en su lugar quedó grabado la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Actualmente la Virgen de Guadalupe es conocida como la Reina de México. Sin embargo, su veneración se ha extendido a Latinoamérica, por lo que también recibe el nombre de Emperatriz de América.
“Desde mi infancia mi familia me ha inculcado el amor a la virgen”, dijo Aurelia Altos, de origen guatemalteco, durante su visita a la iglesia de la Placita Olvera. Para ella, asistir a la iglesia cada 12 de diciembre, le trae recuerdos de su niñez.
“Siempre vengo a pedirle protección a la Virgen María. “Pero hoy le pedí que proteja a toda la gente que no tiene documentos”, añadió Alto.
Una fiesta en honor a la Virgen Morena
Desde la tarde del día anterior, los peregrinos llegaron con flores y veladoras para mostrar su devoción por la Reina del Tepeyac. Los tributos se colocaban al pie del mural ubicado en el Paseo Luis Olivares, a un lado de la iglesia.
Niños vestidos de Juan Diego daban un colorido tradicional a la celebración mientras que grupos de bandas estuvieron tocando por varias horas, ocasión que aprovecharon los asistentes para bailar y mostrar su alegría.
Pero la celebración principal se llevó a cabo dentro de la iglesia, el cual incluyó un concierto a las 4 de la mañana seguido de la misa de las Mañanitas en honor a la Virgen Morena.
Durante la homilía, el Padre Luis Estrada destacó el mensaje que trajo consigo la aparición de la Virgen María a Juan Diego en la advocación de la Guadalupe.
“Su mensaje es que ella esta aquí con nosotros, que está aquí para protegernos, que fue el mensaje que le dio a Juan Dieguito”, dijo el párroco Estrada.
Ante el miedo que sienten los inmigrantes ante los tiempos difíciles que están viviendo, Estrada les invitó a pensar en la protección de la Virgen María.
“Nuestra madre es una madre peregrina, es una madre que está con nosotros y su mensaje nos dice, ‘no tengan miedo, no teman. Yo soy tu madre que estoy aquí para protegerte’”, añadió.