En los 22 años en que el fotógrafo Daniel Arnavat lleva visitando El Salvador, ha visto cómo la violencia ha ido recrudeciendo en el país, por lo que decidió hacer un llamado a la reflexión sobre ese problema.
Para ello, buscó la ayuda de seis personas en ese país que quisieran exponer sus puntos de vista sobre esta realidad que sacude al pequeño país centroamericano, dando como resultado una obra titulada “Muerte Violenta”.
“Es un texto de seis personalidades del país que han querido también colaborar con el documento explican cada uno su perspectiva diferente de un mismo hecho, que es el intentar arrojar luz al hecho de que la muerte violenta en El Salvador”, dijo Arnavat a Hispanos Press en entrevista telefónica. “La idea es presentar un documento con seis visiones distintas de un mismo hecho, puntos de vista diferentes”.
Las personalidades que participaron en el libro incluyen al ex presidente del país, Alfredo Felix Cristiani (1989-1994), el médico psiquiatra José Miguel Fortín Magaña, el abogado Dagoberto Gutiérrez, el juez Samuel Lezama, el sacerdote jesuita José María Tojeira y el periodista Francisco Elías Valencia.
“Cada uno expuso su vertiente personal, su conocimiento, la parte que ellos entendían desde su punto de vista sobre la muerte violenta”, dijo Arnavat, quien estuvo a cargo de ilustrar el libro con imágenes de cadáveres de la morgue para mostrar la realidad que vive el país en este momento.
Arnavat destacó que la violencia, especialmente de las Maras, ha ido creciendo en las últimas dos décadas, hasta convertirse en un problema de estado. Sin embargo, considera que el gobierno lo esta enfrentando de la mejor manera posible.
“Recientemente, todos los implicados en esta situación se pusieron de acuerdo para tomar medidas para evitar esta locura”, dijo Arnavat. “Por primera vez el país ha demostrado una cierta capacidad de unidad frente a este fenomeno y esta dando buenos resultados”.
El libro, resaltó el autor, no pretende aportar ideas al gobierno sobre cómo manejar esta problemática sino dejar una reflexión social para que los lectores tomen conciencia que la violencia es un fenómeno que afecta a todos, con una repercusión enorme en todos los ámbitos.
“Muestra cómo la violencia logra una fragmentación que hace que la sociedad desintegre y lo que queremos precisamente es una sociedad integral, integrada, libre, feliz y que funcione”, dijo Arnavat. “Y esto es muy difícil de conseguir en una situación como la que se vive en El Salvador”.
Pero también destaca que la solución no solo está en manos del gobierno sino en la unión de todos los salvadoreños.
“La sociedad civil tiene mucho que decir en este sentido y tiene que movilizarse, tomar decisiones y forzar a sus políticos a que hagan esfuerzos de vida para luchar contra esta lacra”, dijo Arnavat.
Muerte Violenta fue lanzada a comienzos de agosto en El Salvador y, de acuerdo con Arnavat, ha sido recibida con cierta reticencia y temor entre la comunidad de ese país, en donde el tema no se discute abiertamente.
“El tema es muy controvertido y supongo que todavía hay cierto sentimiento de temor de afrontar un tema que es complejo y delicado”, dijo Arnavat, resaltando que en los círculos intelectuales del país ha tenido bastante aceptación el hecho de trasladar esa idea en un mensaje.
Pero considera que la obra ha mostrado un mensaje al lector de que todo es posible a pesar de las diferencias de criterios y opiniones.
“El hecho de que seis personajes de muy distinta visión política hayan colaborado en el libro, es una gran lección de democracia”, destacó el autor. “Ese es el gran triunfo del libro, el poder demostrar al país que si todos queremos, nos podemos sentar a discutir desde posiciones muy lejanas. Y que esto nos hace grandes y fortalece la democracia también”.
A nivel internacional, Los Ángeles es la primera ciudad donde Muerte Violenta fue dado a conocer a finales de septiembre, en la sede de la Cámara de Comercio del Corredor Salvadoreño. La razón por la que se escogió esta ciudad, señala Arnavat, es que los participantes en la obra la consideran la “ciudad mas salvadoreña del mundo”.
“Aqui hay mas de un millón de salvadoreños y se encuentra la semilla para arreglar el futuro, porque los hijos de los inmigrantes serán quienen aporten una parte importante en la solución del problema”, dijo Arnavat.
“El solo hecho de que tengan vínculos con el país, hará también que el país recoja esta parte importantísima de aprendizaje que han tenido de la democracia, que es sentarse a discutir con opiniones distintas”, añadió.
Aunque no existen planes de redactar una continuación del libro, Arnavat espera que sirva como punto de partida para nuevas ideas.
“No creo que yo tenga más elementos que aportar pero estaré encantado de apoyar cualquier otra iniciativa de cualquier persona que desee poner en la mesa su punto de vista”, dijo Arnavat.
“Estoy convencidisimo que aportar ideas y sumar esfuerzos en un país como El Salvador es imprescindible para avanzar, porque quiero y deseo que el país avance porque es un lugar donde uno se siente querido y se hace querer”, añadió.
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