Desde que decidió abrir su propio negocio, el salvadoreño Miguel Ángel Díaz escogió el área cercana al Parque MacArthur pero con el tiempo decidió mudarse cerca de la intersección de la Avenida Vermont y el Bulevar Washington.
“Desde que nos mudamos aqui nos ha ido bien porque estamos ubicados en un área muy específica y comercialmente es muy bueno”, dijo Díaz, dueño del Restaurante El Corredor. “Es un área muy transitada, buena para el comercio y con muchos hispanos”, añadió, resaltando que en menos de un año comenzó a tener éxito en ese lugar.
Díaz señala que los inmigrantes latinos, al igual que los de otras nacionalidades, pueden lograr sus metas pero es necesario mantenerse unidos.
“Todos los inmigrantes latinos venimos con un sueño, metas y proyectos y aquí en el corredor he podido llevarlas a cabo, con empeño, con esfuerzo y trabajando juntos”, dijo Díaz, nativo de Usulután. “Tenemos que trabajar unidos, para el bien de nosotros y el de nuestra gente.
También considera importante que los latinos se conviertan en empresarios para asi poder ayudar a sus compatriotas ofreciéndoles empleo.
“Mientras más empresas podamos abrir acá, podemos dar mas trabajo a nuestra gente y asi fortalecer a la comunidad hispana en el comercio”, dijo Díaz. Este es un país de oportunidades, que nos da las oportunidades de progresar siempre y cuando las sepamos aprovechar, tomando en cuenta el cumplimiento de las leyes”.
Un barrio económico para beneficio de los comerciantes
El negocio de Díaz está ubicado en el Corredor Salvadoreño, un área que agrupa a pequeñas empresas de inmigrantes provenientes, en su mayoría, de El Salvador.
“Para nosotros, estos barrios económicos lo que hace es que se vuelve un ancla para que la gente ponga su propio negocio”, dijo Oscar Domínguez, fundador y presidente de la Cámara de Comercio del Corredor Salvadoreño, destacando que con la creación de negocios, el comerciante crea su propio empleo.
Domínguez destaca que la idea es que aquellos comerciantes que son vendedores ambulantes se tomen conciencia de la importancia de abrir su propio negocio.
“Esto es como una escuela, la idea de como llegar a ser comerciante y empresario y de tanto que uno se prepara en esta”`escuela” de negocios, da otro cambio.”, dijo Domínguez. “Lo interesante de ser empresario es que la gente se desarrolla, no tanto por el objetivo del dinero sino que uno se vuelve creativo”,
La idea del Corredor Salvadoreño nació hace ocho años para ayudar a los pequeños comerciantes en los trámites de cómo iniciar sus negocios. Para ello se fundó una cámara de comercio, que comenzó con seis negocios afiliados y hoy cuenta con unos 30.
El área del Corredor Salvadoreño se extiende unas 13 cuadras a lo largo de la Avenida Vermont, desde la Calle 11 hasta el Bulevar Adams, con negocios de todo tipo como restaurantes, panaderías, tiendas de ropa, entre otros. Fue un punto de encuentro de la diáspora salvadoreña que llegó a Los Ángeles en la década de los 80. Sin embargo, no fue hasta el 2013 que las autoridades municipales lo reconocieron como barrio económico.
“Teníamos que demostrar que realmente esta área nos interesaba y que tenía una historia “, dijo Domínguez, quien destacó que el trabajo aún continúa porque la idea es ayudar a los comerciantes a ampliar su mentalidad de negocios, con el ofrecimiento de seminarios educativos y asesorías personales.
El aporte latino a la economía estadounidense, destaca a Domínguez, es muy importante y es por ello que es importante preparar a los jóvenes latinos en el campo de los negocios para que contribuyan con el desarrollo del país.
“Las nuevas generaciones, nuestros hijo, generaciones son las que realmente van a dar el salto mayor, porque le vamos a dejar un legado para que sean comerciantes emprendedores”, dijo Domínguez. “Ellos van a ser quienes van a transformar estas áreas a otro nivel”, añadió.
Un lugar para celebrar la cultura salvadoreña
Pero además de motivar a los inmigrantes para convertirse en empresarios, el Corredor Salvadoreño sirve de sede para la celebración de las costumbres y tradiciones de ese país en pleno corazón de Los Ángeles. Un ejemplo de ello es la organización del Dia del Salvadoreño durante el primer fin de semana de agosto.
“Para nosotros, el objetivo del Corredor Salvadoreño sea un área donde cualquier evento que tenga que ver con nuestro país se celebre en esta área”, dijo Domínguez. “Porque eso hace que la gente conozca mas de que hay otras culturas”.
Es algo en lo parece coincidir José Ramírez, quien asiste a la celebración del Dia del Salvadoreño cada año.
“Aquí se encuentra todo para los hispanos que vivimos acá y nos venimos a la lucha”, dijo Ramírez, quien se encontraba en el evento de este año junto con su familia. “Es bueno tener un área que nos identifique a todos”.