Ciudad de México (México).- En un emocionante evento realizado el 11 de diciembre de 2024 en el Museo del Templo Mayor, las autoridades mexicanas y estadounidenses celebraron la repatriación de la escultura de Santa Rosa de Lima, una de las seis imágenes religiosas robadas hace casi 17 años de la capilla de Santa Mónica en Epazoyucan, Hidalgo. 

Este acto no solo simboliza un triunfo en la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales, sino que también refuerza los lazos de cooperación bilateral entre México y Estados Unidos.

La ceremonia contó con la presencia de importantes figuras como Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura de México, y Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, quienes destacaron la importancia de preservar el patrimonio cultural y la identidad histórica de los pueblos. 

«Es un día significativo que demuestra que la cultura sigue siendo un puente de diálogo y colaboración entre nuestras naciones», afirmó Curiel de Icaza.

Imagen de Santa Rosa de Lima regresa a México tras 17 años
México y Estados Unidos recuperan escultura de Santa Rosa de Lima, sustraída ilegalmente del país en 2007. Foto Gerardo Peña, INAH

Un robo que marcó a la comunidad

El robo de la escultura de Santa Rosa de Lima y otras cinco imágenes de la capilla de Santa Mónica en 2007 dejó una huella profunda en la comunidad de Epazoyucan. 

Según José Luis Perea González, secretario técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la institución presentó de inmediato una denuncia que activó una serie de investigaciones por parte de autoridades municipales, estatales y federales. 

La cooperación resultante entre el INAH y la entonces Procuraduría General de la República, ahora Fiscalía General de la República (FGR), fue crucial para la localización y recuperación de la pieza.

La importancia del tratado de cooperación

La devolución de la escultura no solo es una victoria cultural, sino que también simboliza la fortaleza del «Tratado de Cooperación entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, que dispone la Recuperación y Devolución de Bienes Arqueológicos, Históricos y Culturales Robados». 

Este tratado, en vigor desde hace más de 50 años, ha sido fundamental para la recuperación de aproximadamente 10.400 piezas hasta la fecha, demostrando la eficacia de las políticas internacionales en la preservación de bienes culturales.

Imagen de Santa Rosa de Lima regresa a México tras 17 años
La imagen del siglo XVII, robada de la capilla de Santa Mónica, en Epazoyucan, Hidalgo, fue presentada junto a otras seis piezas prehispánicas repatriadas. Foto Gerardo Peña, INAH.

Profesionalismo y cooperación internacional

Durante su discurso, el embajador Salazar elogió el profesionalismo del equipo de la embajada, especialmente de los 2.100 trabajadores mexicanos que fortalecen diariamente los lazos entre ambos países. 

Salazar subrayó la importancia de devolver al patrimonio robado a su lugar de origen, reafirmando que «la historia, el patrimonio y la grandeza de México pertenecen aquí».

Esfuerzos continuos en la lucha contra el tráfico ilícito

Miguel Ángel Méndez Buenos Aires, fiscal especial de Asuntos Internacionales de la FGR, detalló que su instancia solicitó la Asistencia Jurídica Internacional a través de la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, lo que permitió el aseguramiento y la entrega de la escultura. 

La presencia de María José Buerba Romero Valdés, directora para la Restitución del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y de Patricia Ledesma Bouchan, titular del Museo del Templo Mayor, subraya la continua dedicación a la restitución de bienes culturales.

La escultura de Santa Rosa de Lima y otras piezas patrimoniales están ahora en exhibición en el vestíbulo del Museo del Templo Mayor, donde el público puede admirar el legado cultural que ha sido salvaguardado gracias a esfuerzos conjuntos y a la sólida cooperación internacional. 

Este logro no solo recupera un objeto de gran valor cultural, sino que también reafirma la identidad y la riqueza histórica de México, inspirando a futuras generaciones a valorar y proteger su patrimonio.