Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos).- El Museo Louvre Abu Dabi inauguró recientemente una excepcional exhibición de piezas arqueológicas mesoamericanas, provenientes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.
Esta muestra, que durará hasta abril de 2025, no solo destaca el rico patrimonio cultural de México, sino que también refuerza los lazos culturales entre Medio Oriente y América Latina.
La exposición, integrada por cinco piezas fundamentales, forma parte del programa de objetos embajadores del museo, cuyo objetivo es promover el entendimiento y aprecio por la diversidad cultural mundial.
Entre las obras destacadas se encuentra una máscara ceremonial de la antigua ciudad maya de Calakmul y una imponente cabeza colosal olmeca, ambas reflejando la complejidad y profundidad de las civilizaciones que prosperaron en lo que hoy conocemos como México.
Manuel Rabaté, director del Museo Louvre Abu Dabi, destacó durante la ceremonia inaugural la importancia de estas colaboraciones.
«Nos sentimos honrados de albergar estos preciosos objetos que no solo embellecen nuestro espacio, sino que sirven como catalizadores de historias y enseñanzas significativas sobre la historia mesoamericana», dijo Rabaté.
El intercambio cultural facilitado por esta exposición va más allá de la mera transferencia de objetos. Según Teresa Mercado Pérez, subsecretaria de Relaciones Exteriores de México, esta colaboración es un testimonio del papel de México en el escenario mundial como un fuerte promotor del diálogo intercultural y la comprensión mutua.
La selección de las piezas no fue tarea fácil. Especialistas de la CNMyE del INAH y del Louvre Abu Dabi trabajaron juntos por más de un año y medio, seleccionando meticulosamente cada objeto, garantizando que cada uno representara adecuadamente la historia y el arte de sus respectivas culturas.
Además de la máscara y la cabeza colosal, la exhibición incluye un incensario teotihuacano y una máscara antropomórfica, ambas ligadas a rituales y creencias religiosas de sus tiempos.
Uno de los aspectos más destacados es la figura de un atlante de Chichén Itzá, que ilustra la habilidad y la estética religiosa de los mayas. Estas esculturas, que históricamente se utilizaban en altares o lugares de culto, ahora capturan la atención y la imaginación de miles de visitantes en Abu Dabi.
La relevancia de esta exhibición también se refleja en las palabras de Mohamed Khalifa Al Mubarak, presidente del Louvre Abu Dabi, quien recalcó la función de la cultura como puente para «mejorar la comprensión y el respeto mutuo entre las sociedades del mundo».
Este evento no solo presenta tesoros, sino que también ofrece un conocimiento profundo y accesible a una audiencia global, enriqueciendo así la oferta cultural del museo y de la región.
Con la expectativa de atraer a un amplio número de visitantes, tanto locales como internacionales, la exposición no solo es una celebración del arte y la historia, sino un acto de diplomacia cultural que promueve valores de respeto y admiración mutua entre culturas distantes.
A medida que los visitantes recorren las salas del Louvre Abu Dabi, no solo ven piezas de arte; viajan a través del tiempo y el espacio, conectando con civilizaciones antiguas a través de los siglos, un verdadero testimonio del poder unificador del arte y la cultura.