Jalisco (México).- En una maniobra que conjuga modernidad con respeto por el legado histórico, el gobierno de México ha implementado el Plan de Justicia en Jalisco para proteger el patrimonio cultural de las comunidades de Acasico, Temacapulín y Palmarejo, frente a la amenaza de inundación por la construcción de la presa El Zapotillo.
Este plan asegura la supervivencia de importantes monumentos históricos, como el Templo del Niño de Flamacordis, la Basílica de Nuestra Señora de los Remedios y el antiguo cementerio local.
Desde 2014, se alertaba sobre el posible destino catastrófico de estas joyas arquitectónicas, con predicciones de quedar «sumergidas bajo una abundante agua azul».
Sin embargo, modificaciones técnicas al proyecto original han permitido evitar tal suerte. Gerardo Enrique González Lupián, especialista de la sección de Monumentos Históricos del Centro INAH Jalisco, recalca la importancia de estas adecuaciones que han permitido preservar la memoria de asentamientos que datan del siglo VI d.C.
El INAH ha jugado un papel crucial en esta tarea. No solo supervisa las obras de conservación ejecutadas por empresas especializadas, sino que también ha producido un catálogo detallado de los monumentos históricos de las áreas afectadas.
Este catálogo es parte de una estrategia más amplia para documentar y proteger el patrimonio edificado que refleja la rica historia de la región.
La riqueza histórica de estos pueblos es indudable. Involucrados en la Guerra del Mixtón en 1541, estos pueblos representan un cruce cultural significativo entre Mesoamérica y Aridoamérica, subrayando su importancia estratégica y cultural a lo largo de los siglos.
La Dirección de Patrimonio Cultural del Estado de Jalisco, ya en 2008, había reconocido la necesidad de conservar y restaurar estas construcciones antiguas, lo que subraya su valor continuo y la necesidad de su preservación.
El Templo del Niño de Flamacordis, en particular, ha requerido intervenciones significativas debido a daños estructurales y deterioro por agentes químicos y físicos. Se han realizado trabajos para consolidar la cúpula, reemplazar hormigón y azulejos dañados, y mejorar la resistencia de la estructura a futuros daños.
Asimismo, se han tomado medidas para mejorar el mantenimiento preventivo y asegurar la preservación de sus murales interiores, ricos en historia y arte.
La Basílica de Nuestra Señora de los Remedios y el antiguo cementerio también han visto esfuerzos de conservación.
En la basílica, se han reparado grietas y estructuras dañadas, se han mejorado los aplanados y se han tomado medidas para proteger y mejorar la accesibilidad de la torre.
En el cementerio, se han restaurado muros y se han integrado elementos como una red de agua pluvial y luminarias que aseguran su conservación y facilitan su visita.
Este enfoque integral para la conservación no solo protege estructuras físicas, sino que también conserva la memoria cultural y la identidad de las comunidades afectadas, asegurando que su legado histórico se mantenga vivo para las futuras generaciones.
A través de estas acciones, Jalisco no solo preserva su patrimonio, sino que también enseña una valiosa lección sobre el equilibrio entre desarrollo y conservación en la modernidad.