Roma (Italia).- Este informe anual, elaborado conjuntamente por la FAO, el FIDA, la OMS, el PMA y el UNICEF, ha estado monitoreando y analizando el progreso global relacionado con la erradicación del hambre y la mejora de la nutrición desde 1999. 

Sin embargo, el informe de este año trae noticias preocupantes: el mundo está muy lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, Hambre Cero, para 2030.

Los datos revelan que el mundo ha retrocedido 15 años, con niveles de subalimentación comparables a los de 2008-09. 

A pesar de algunos avances en áreas como el retraso en el crecimiento y la lactancia materna exclusiva, un número alarmante de personas sigue enfrentándose a la inseguridad alimentaria y la malnutrición. 

De hecho, los niveles de hambre se han estancado durante tres años consecutivos, afectando entre 713 y 757 millones de personas en 2023, cerca de 152 millones más que en 2019.

En términos regionales, la situación varía notablemente. Mientras el porcentaje de la población que sufre hambre sigue en aumento en África (20.4 %), en Asia (8.1 %) se mantiene estable aunque represente un reto significativo, ya que más de la mitad de las personas afectadas residen en esta región. 

América Latina ha mostrado progresos, con un índice de hambre del 6.2 %. Sin embargo, de mantenerse las tendencias actuales, se proyecta que unos 582 millones de personas estarán crónicamente subalimentadas en 2030, la mitad de ellas en África.

El acceso a los alimentos adecuados sigue siendo un objetivo inalcanzable para miles de millones. En 2023, cerca de 2,330 millones de personas enfrentaron una inseguridad alimentaria moderada o grave, y más de 864 millones experimentaron inseguridad alimentaria grave. La disparidad es aún más pronunciada en los países de ingresos bajos, donde el 71.5 % de la población no puede permitirse una dieta saludable.

El informe también destaca la doble carga de la malnutrición, refiriéndose a la coexistencia de desnutrición junto con sobrepeso y obesidad, que ha aumentado a nivel global en todos los grupos de edad. Las nuevas estimaciones muestran que para 2030, más de 1.200 millones de adultos serán obesos.

«Debemos incrementar urgentemente la financiación para acabar con la malnutrición infantil. El mundo puede y debe hacerlo. No es sólo un imperativo moral, sino también una sólida inversión en el futuro», dijo Catherine Russell, Directora Ejecutiva del UNICEF.

Además de la persistente inflación de los precios de los alimentos, los principales motivos del agravamiento de la inseguridad alimentaria y la malnutrición incluyen conflictos, cambio climático y recesión económica. 

El informe de este año subraya la necesidad de un enfoque multifacético para alcanzar el Hambre Cero, que incluya transformar y fortalecer los sistemas agroalimentarios y asegurar dietas saludables asequibles y accesibles para todos.

Los líderes de las agencias de la ONU enfatizan la importancia de movilizar financiación innovadora y estandarizada para la seguridad alimentaria y la nutrición. 

«Invertir en el futuro y en el derecho a la alimentación y la nutrición adecuadas de las generaciones actuales y futuras no es solo nuestra obligación; es también un imperativo moral», declara el informe.

Este llamado a la acción resalta la urgente necesidad de soluciones globales para enfrentar los desafíos alimentarios y nutricionales del mundo, una tarea que requerirá la colaboración y el compromiso continuo de todos los sectores de la sociedad.