Ginebra (Suiza).- El reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), «Heat at Work: Implications for Safety and Health», lanza una advertencia alarmante: un número creciente de trabajadores a nivel mundial enfrenta el peligro del estrés térmico debido a temperaturas extremas.
Esta situación no solo pone en riesgo su salud sino también su vida, evidenciando una crisis que requiere atención urgente.
El estudio detalla cómo el calor excesivo, descrito como un «asesino invisible», está provocando un incremento significativo en enfermedades y muertes entre la población laboral.
En 2020, alrededor de 4.200 trabajadores fallecieron por causas relacionadas con olas de calor, y se estima que 231 millones estuvieron expuestos a estas condiciones extremas, lo que representa un aumento del 66% respecto al año 2000.
Estas cifras resaltan la magnitud de un problema que ha escalado rápidamente debido al cambio climático.
África, los Estados árabes, Asia y el Pacífico son las regiones más afectadas, con un porcentaje de trabajadores expuestos al calor que supera ampliamente la media mundial del 71%.
La situación es especialmente crítica en África, donde el 92,9% de la mano de obra sufre las consecuencias del calor extremo, seguido por los Estados árabes con un 83,6% y Asia y el Pacífico con un 74,7%.
El informe también señala que las regiones de América y Europa y Asia Central han experimentado los mayores incrementos en lesiones laborales relacionadas con el estrés térmico desde el año 2000, con aumentos del 33,3% y 16,4% respectivamente.
Estos datos indican cómo el aumento de las temperaturas está afectando incluso a zonas anteriormente menos vulnerables a estas condiciones.
Gilbert F. Houngbo, director general de la OIT, enfatiza la necesidad de proteger a los trabajadores durante todo el año y no solo durante las olas de calor. Según Houngbo, «el calor excesivo está creando desafíos sin precedentes para los trabajadores de todo el mundo durante todo el año, y no sólo durante los períodos de olas de calor intensas».
Añadió que abordar este problema es una cuestión de derechos humanos y económicos, especialmente crítica para las economías de ingresos bajos y medios.
Además, el informe examina las medidas legislativas de 21 países para destacar prácticas efectivas en la gestión de la seguridad y la salud en el trabajo frente al calor. Estas incluyen la implementación de horarios más flexibles, la provisión de agua suficiente y accesible, y la educación sobre los síntomas del estrés térmico.
En un comentario adicional, Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, resaltó la urgencia de esta problemática global.
«Si hay algo que une a nuestro mundo dividido es que todos sentimos cada vez más el calor. La Tierra es cada vez más caliente y peligrosa para todos, en todas partes. Debemos afrontar el reto del aumento de las temperaturas y reforzar la protección de los trabajadores, basándonos en los derechos humanos».
El informe no solo destaca la gravedad del estrés térmico en el lugar de trabajo sino también subraya la importancia de la acción global coordinada para mitigar sus efectos devastadores.
Las recomendaciones y datos presentados buscan servir de catalizador para políticas más robustas y eficaces que garanticen la seguridad y la salud de los trabajadores frente al creciente desafío del calor global.