Guayaquil (Ecuador) (AFP) – La oleada de violencia que se registra en Ecuador, donde bandas del narcotráfico se disputan a fuego el poder en cárceles y calles, dejó el martes dos policías muertos y dos heridos en distintos atentados, y ocho guardias penitenciarios tomados temporalmente como rehenes.
Organizaciones del narcotráfico perpetraron nueve ataques con explosivos y bala a instalaciones policiales y gasolineras como respuesta al traslado de presos de la cárcel Guayas 1 en el puerto de Guayaquil, en el suroeste del país, uno de los principales escenarios de cruentas masacres entre reclusos que dejan unos 400 muertos desde febrero de 2021.
«Hemos tenido reacciones» del «crimen organizado» en Guayaquil y en el puerto petrolero de Esmeraldas (noroeste), dijo el ministro del Interior, Juan Zapata, en una rueda de prensa ofrecida en Quito.
Agregó que el gobierno rechaza «estos actos de violencia que lastimosamente el día de hoy empañan las filas policiales y tenemos que lamentar la pérdida de dos servidores de la Policía» en Guayaquil.
La institución policial precisó que un patrullero fue atacado por delincuentes con armas de fuego, muriendo dos agentes.
Otro atentado contra una instalación policial, también de Guayaquil, dejó dos uniformados heridos, dijo Zapata.
«Guerra van a tener» –
El organismo estatal que administra las prisiones, SNAI, reportó que «hay ocho servidores que están retenidos» en una de las dos penitenciarías de Esmeraldas, en la que hay unos 1.400 detenidos.
Luego señaló, a través de un chat de prensa por WhatsApp, que «los ocho servidores del Cuerpo de Seguridad y Vigilancia Penitenciaria retenidos en el CPL (Centro de Privación de Libertad) Esmeraldas N°2 fueron liberados», sin precisar el estado de los custodios.
Dos supuestos guardias carcelarios con explosivos adheridos a sus cuerpos aparecen en un video divulgado por Twitter, en el que un preso denuncia «corrupción» en el manejo de las prisiones.
«Si quieren guerra, guerra van a tener», dice el hombre con su rostro cubierto, agregando que «les vamos a explotar a estos guías».
Con el apoyo de militares y policías, el SNAI trasladaba en principio a 200 presos de la cárcel guayaquileña Guayas 1 hacia otros reclusorios para realizar «reparaciones» previstas en los pabellones de celdas.
Su director, Guillermo Rodríguez, declaró a la prensa que «hemos entrado a recuperar espacios» y anotó que la superpoblación en un pabellón llegaba al 100%.
Esa prisión es la más poblada de Ecuador con casi 6.900 presos y cada pabellón de celdas está controlado por un grupo criminal como los Lagartos y Tiguerones, que según medios locales reaccionaron ante el traslado de reclusos.
Presencia del Estado en cárceles –
«El operativo permite verificar y mejorar las condiciones del #CPLGuayas Nº 1; disminuir el hacinamiento, precautelar la seguridad de la población penitenciaria. Se hace efectiva la presencia del Estado, luego de muchos años de abandono al sistema», expresó la entidad por Twitter.
Esa situación derivó en la retención de guardias en Esmeraldas, de acuerdo con el preso del mismo video.
«Ante los hechos suscitados en #Esmeraldas y #GYE (Guayaquil), activamos nuestras unidades tácticas e investigativas, a fin de mantener el orden y dar con los autores de los actos delictivos», indicó la Policía por Twitter.
Las cárceles de Ecuador tienen capacidad para unas 30.200 personas, pero albergan a 32.400, registrándose una superpoblación de 7% frente a 30% de 2021.
La nación afronta una oleada de violencia a causa del narcotráfico, que además deja 61 policías muertos desde el año pasado.
El lunes, al estilo de crímenes de los carteles mexicanos, los cuerpos de dos personas decapitadas aparecieron colgando de un puente peatonal de Esmeraldas.
La guerra por el poder entre organizaciones narcos se extiende a las calles de Ecuador, donde la tasa de homicidios, que en 2021 casi se duplicó a 14 por cada 100.000 habitantes, creció a 18 entre enero y octubre de 2022.
Ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína, la nación pasó de ser de tránsito de drogas a importante centro de distribución hacia Europa y Estados Unidos.
En 2021, el país incautó el récord de 210 toneladas de drogas, en su gran mayoría cocaína. En lo que va del año los decomisos suman 160 toneladas.