Tanzania.- Nunca se es demasiado joven para aprender a cuidar plantones hasta que se conviertan en árboles, mejorar nuestro entorno y restaurar la tierra del lugar donde vivimos.
Esa es la idea que subyace a un proyecto realizado en la República Unida de Tanzanía, apoyado por la FAO y sus asociados, con el que se han creado más de 30 clubes en escuelas primarias y secundarias para transmitir esas habilidades a los niños desde una edad temprana.
Los estudiantes ya han comenzado a transformar los terrenos degradados, secos, polvorientos y azotados por el viento que rodean sus respectivas escuelas en lugares más verdes, sombreados y amenos. Con el tiempo, esperan poder recoger fruta de los árboles y podar las ramas para sacar leña.
Además de realizar un trabajo práctico para modificar su entorno, los niños, de 8 a 16 años de edad, aprenden sobre gestión del paisaje, técnicas para mitigar el cambio climático, uso de mantillo para ahorrar agua y, en el caso de los niños de más edad, guiados por sus padres, cómo usar biogás en lugar de leña.
El objetivo es que las nuevas generaciones crezcan con un conocimiento práctico de cómo restaurar y conservar los bosques y hacer frente a una creciente crisis climática.
El programa, llevado a cabo en las regiones de Arusha, al norte, y de Njombe, al sur, es gestionado por organizaciones locales de agricultores y cuenta con el apoyo del Mecanismo para Bosques y Fincas, una asociación entre la FAO, el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la alianza de organizaciones agrícolas AgriCord.
El efecto de la iniciativa va mucho más allá del entorno de las escuelas. “Hemos aprendido a proteger los árboles plantados regándolos, abonándolos y cubriéndolos con mantillo. Aplicamos los mismos conocimientos en nuestro hogar”, señaló Prisca Regnald Gibesh, estudiante de 10 años de la Escuela Primaria Simba Milima de Arusha.
En el marco del proyecto, el Mecanismo para Bosques y Fincas proporciona fondos a dos redes regionales de organizaciones de productores forestales y agrícolas, denominadas MVIWAARUSHA y MVIWWAMA por sus acrónimos en swahili.
Su personal brinda servicios como cursos de incubación de empresas, métodos de emprendimiento y microfinanciación comunitaria para los adultos de las comunidades. Organizan campañas de plantación de árboles y han creado viveros supervisados por profesores de ecología.
El Mecanismo para Bosques y Fincas ha alentado además a las organizaciones a colaborar con las escuelas en programas de restauración, trabajando en asociación para fomentar la sensibilización junto con los gobiernos regional y de distrito.
Esta labor se inscribe en la Iniciativa de restauración de los espacios forestales africanos (AFR100), en relación con la cual la República Unida de Tanzanía se comprometió a restaurar, para 2030, 5,2 millones de hectáreas de sus tierras y bosques degradados.
La República Unida de Tanzanía se sumó a ella en 2018 y estableció un grupo de trabajo nacional dirigido por el Servicio Forestal Nacional y la Oficina del Vicepresidente de la República.
“Los efectos están a la vista de todos”, dice Lotha Paulo Zairiam, director de la escuela de Prisca.
“Cuando iniciamos este proyecto, la escuela estaba desnuda; en la zona no había árboles. Todo estaba seco, barrido por el viento y polvoriento. Plantamos árboles para muchos usos; por ejemplo, árboles frutales, árboles para madera, árboles de sombra, y otros muchos”.
Comenta que los árboles ya van creciendo deprisa y ayudando a mitigar el viento y el polvo en torno a la escuela. Pero “lo más importante que hemos obtenido son las habilidades y los conocimientos para plantar árboles y contribuir a sensibilizar a los habitantes de la aldea sobre la protección del medio ambiente”.
La participación de la FAO en el programa da fe de su compromiso de ayudar a revertir la degradación generalizada de la tierra y la deforestación que afectan a muchas partes del mundo.
Tal como muestra el examen sobre la restauración de bosques y paisajes en África de 2021, publicado por la FAO y la Agencia de Desarrollo de la Unión Africana (AUDA-NEPAD), es necesario hacer más a fin de aprovechar el potencial del continente para recuperar tierras con miras a una producción sostenible, proteger la biodiversidad y salvaguardar los medios de vida en la batalla contra el cambio climático.
Según el examen, hasta el 65 % de la tierra productiva en África está degradada, en tanto que la desertificación afecta al 45 % de la superficie terrestre del continente.
Y, si bien se observa una mejora general en la tendencia a la desertificación y la degradación de la tierra, la pérdida neta de bosques sigue aumentando en África, donde cada año desaparecen 4 millones de hectáreas de bosques.
“Es evidente que el trabajo realizado por la FAO junto con sus asociados del Mecanismo para Bosques y Fincas con el fin de promover las habilidades prácticas y la comprensión entre los niños tanzanos en edad escolar es doblemente importante para ayudar a abordar los problemas actuales y sentar las bases para un futuro más sostenible”, aseguró NyabenyiTito Tipo, Representante de la FAO en la República Unida de Tanzanía.
La esperanza y la voluntad son claramente visibles cuando estos escolares tanzanos se ensucian las manos y amplían su visión con el trabajo de cultivar árboles y restaurar su entorno.