Managua (AFP) – El gobierno de Nicaragua profundizó esta semana su aislamiento internacional al expulsar a la embajadora de la UE, romper relaciones diplomáticas con los Países Bajos y rechazar la llegada del nuevo embajador asignado de Estados Unidos.
De acuerdo con una fuente diplomática, la embajadora de la Unión Europea (UE) ante Nicaragua, Bettina Muscheidt, abandonó este sábado Nicaragua, tras ser declarada non grata por el gobierno de Ortega.
Muscheidt, quien había asumido el cargo hace un año, viajó a México, de donde partirá hacia París, indicó a la AFP una fuente diplomática, que asegura que la embajadora fue «vigilada» discretamente por policías civiles fuera su residencia antes de partir, pues «recibió instrucciones de las autoridades nicaraguagüenses de quedar en su domicilio».
El gobierno no se pronunció oficialmente sobre la expulsión de Muscheidt, quien se supo fue citada el miércoles por la cancillería nicaragüense para notificarle verbalmente que debía abandonar el país.
«Va para afuera por non grata», tuiteó sin embargo el diputado oficilaista Wilfredo Navarro.
La salida de Muscheidt, quien fue acompañada al aeropuerto por diplomáticos europeos, se produce en medio de fuertes cuestionamientos de Ortega contra la UE, que ha pedido reiteradamente el cese de represión contra opositores y aplicado sanciones contra decenas de funcionarios, allegados y familiares del mandatario.
Coincide, además, contra la fuerte arremetida del gobierno contra la OEA, la ONU, Estados Unidos, el Vaticano y países que han cuestionado el cuarto mandato consecutivo que Ortega obtuvo en 2021, con sus rivales presos o en el exilio.
En ese contexto, Ortega anunció el viernes la ruptura de relaciones con Países Bajos, a los que acusó de «intervencionistas» por criticar su democracia y suspender el financiamiento para un hospital.
«Nicaragua ante la reiterada posición injerencista, intervencionista y neocolonial colonialista del reino de los Países Bajos (…) comunica al Gobierno de ese país nuestra decisión de descontinuar inmediatamente las relaciones diplomáticas», informó la cancillería.
Poco antes, Ortega había asegurado en un acto oficial que su gobierno no quería tener relaciones «con ese gobierno intervencionista».
«La ruptura de las relaciones diplomáticas es un paso excepcional y muy inusual. Tampoco es el deseo de los Países Bajos», afirmó este sábado a la AFP un portavoz, quien lamentó la reacción «desproporcionada» de Managua.
La ruptura ocurrió luego de que la embajadora holandesa para América Central, Christine Pirenne, dijera el jueves durante una visita a Managua que no financiarían el hospital.
La medida molestó a Ortega, quien exclamó: «¡Afuera!… Que vaya a gritar lo que quiera, todas sus miserias… afuera».
Contra EEUU –
Por su parte, la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, reiteró el viernes que el designado embajador de Estados Unidos, Hugo Rodríguez, «no será admitido» en Nicaragua por sus posiciones «injerencistas».
Managua había manifestado su oposición a esa designación el 28 de julio, pero el Senado estadounidense confirmó el jueves su nominación al cargo.
«El señor Hugo Rodríguez, repetimos, no será bajo ninguna circunstancia admitido en nuestra Nicaragua (…) así que lo tienen claro los señores imperialistas: aquí no entra Hugo Rodríguez», afirmó Murillo.
Managua recordó que a Rodríguez le retiraron el plácet en julio por las declaraciones «irrespetuosas» que ofreció ante el Senado de su país, donde tildó al gobierno de Ortega de «dictadura».
Rodríguez abogó además por sacar a Nicaragua del Cafta (Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos).
Murillo consideró «insólita» la decisión de Washington de mantener a Rodríguez, quien fue nominado en mayo por el presidente Joe Biden en sustitución de Kevin Sullivan.
Estados Unidos también ha aplicado decenas de sanciones a funcionarios y allegados de Ortega por violación a los derechos humanos y corrupción.
Expulsiones –
Muscheidt fue expulsada luego de que una delegación de la UE instara el lunes a Nicaragua a «poner fin a la represión» contra opositores, sacerdotes y medios de prensa independientes.
Más de 200 opositores están presos en el marco de la crisis política que vive Nicaragua desde las protestas opositoras de 2018, que el gobierno vinculó a un supuesto fallido golpe de Estado promovido por Washington.
Entre los detenidos están siete exaspirantes a la presidencia y al menos siete religiosos, entre ellos el obispo Rolando Álvarez, un crítico del gobierno en arresto domiciliario desde el 19 de agosto.
Ortega, un exguerrillero reelegido tres veces desde 2007, ha calificado a los europeos de «fascistas», «colonialistas», «descendientes del franquismo» y «hermanos de Hitler».
Las últimas decisiones de Ortega se suman a la expulsión del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag en marzo pasado.
En noviembre de 2021, Nicaragua anunció su retiro de la Organización de Estados Americanos (OEA) y cinco meses después cerró la oficina del organismo en Managua y adelantó la salida de sus representantes del país.
Este año también expulsó al delegado residente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Thomas Ess, entre otros.