Buenos Aires (AFP) – Un tribunal argentino inició este miércoles el juicio contra el expolicía Mario Sandoval, extraditado en 2019 desde Francia por los cargos de desaparición y torturas a un estudiante durante la dictadura (1976-1983), aunque también está involucrado en cientos de otros casos de represión.
«Es una búsqueda de justicia muy larga de 46 años. La familia identificó a los responsables del secuestro. Esperamos una sentencia condenatoria», dijo a la AFP Sol Hourcade, abogada de la querella que espera una condena máxima de 25 años de cárcel común por privación ilegal de la libertad, violencia, amenazas y tormentos.
Sandoval (69 años) estuvo presente en la audiencia, pero a los jueces se los vio y escuchó en forma virtual por pantalla.
«Soy inocente, no tengo carga moral ni de conciencia sobre ese hecho», aseguró el exoficial de policía en una exposición de casi dos horas.
Quien fue conocido como «Churrasco» (bistec de carne) por aplicar la descargas de picana eléctrica a prisioneros sobre una cama de elásticos de metal cuestionó el procedimiento.
«Soy preso de excepción juzgado por un tribunal especial en un juicio político», aseguró.
La justicia francesa sólo autorizó a juzgarlo por el caso de secuestro y tortura de Hernán Abriata un estudiante de Arquitectura de 24 años que militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP).
«Yo estaba al lado de Hernán cuando golpean la puerta. Era el papá y detrás estaban todos estos represores y entró primero Sandoval. Estábamos en un departamento de dos ambientes. Y cuando se va Sandoval y se lo lleva, me muestra su credencial y su foto», dijo a la AFP Mónica Dittmar, quien era pareja de Abriata en el momento del secuestro.
El acusado residió en Francia desde 1985 y en 2012. Su extradición fue requerida en el marco de una megacausa que investiga unos 800 casos de desapariciones y torturas en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) uno de los mayores centros clandestinos de detención por donde pasaron unos 5.000 prisioneros políticos. Sólo un centenar sobrevivió.
El juicio pasó a cuarto intermedio hasta el miércoles próximo cuando Sandoval responderá preguntas del tribunal y se escuchará a los primeros testigos.
Sandoval, bajo prisión preventiva, ingresó a la sala esposado, de campera y guantes negros, y un tapabocas que no se quitó en ningún momento.
Separadas por un vidrio, fuera de la sala, siguieron la audiencia familiares de Abriata, sobrevivientes de la ESMA y representantes de organismos de derechos humanos.
Consultor en París –
Sandoval se exilió en Francia en 1985 donde obtuvo la nacionalidad francesa en 1997. Sin ocultar su nombre, se convirtió en consultor del Instituto de Altos Estudios de América Latina en París. Fue profesor en La Sorbonne Nouvelle y en la Universidad de Marne-La Valle.
Una alumna lo descubrió y fue arrestado en su residencia de las afueras de París. Sobrevivientes lo describen como un cruel torturador.
«Sin pasar por tribunales de Francia no es posible juzgarlo por otros crímenes de los cuales se lo acusa», explicó Hourcade.
Los testigos afirman que irrumpió en el domicilio de Abriata y Dittmar en Buenos Aires, el 30 de octubre de 1976, según la mujer y otros familiares testigos, entre ellos las hermanas de ambos.
También dará testimonio Carlos Loza, un sobreviviente de la ESMA que compartió calabozo con Abriata y que estuvo presente en la audiencia.
Dittmar dijo que la madre de Abriata, de 95 años, «está en un estado de salud desmejorado, sus recuerdos se pierden, pero las preguntas siguen: ¿dónde está Hernán?, ¿qué pasó con Hernán?, ¿qué hicieron con él?».
Sandoval ha negado todas las acusaciones y pidió la prescripción de la causa además de haber recurrido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Todos sus pedidos fueron rechazados.