México (AFP) – México se sumará a un plan de Estados Unidos para desarrollar la industria de semiconductores, que prevé una millonaria inversión, anunciaron ambos gobiernos durante la visita del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, este lunes al país vecino.
«México le toma la palabra a los ofrecimientos que nos ha hecho Estados Unidos muy generosamente», dijo el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en una rueda de prensa junto a Blinken al término de una reunión del Diálogo Económico de Alto Nivel entre ambos países.
Ebrard se refería a una «invitación» que Blinken le hizo más temprano al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para participar en un programa del mandatario estadounidense, Joe Biden.
«Productiva y amistosa reunión», destacó el gobernante mexicano en Twitter.
Biden firmó el pasado 9 de agosto una ley para impulsar el desarrollo y la producción de semiconductores en Estados Unidos mediante subvenciones, investigación y desarrollo por unos 52.000 millones de dólares, ante el temor de que China se convierta en la potencia dominante de este sector.
Blinken señaló que el objetivo es «desarrollar una cadena de suministro mucho más resiliente para semiconductores», en la cual van a trabajar empresas como el gigante tecnológico Intel.
Según el secretario de Estado, la iniciativa incluye «investigación, diseño, ensamblaje» y fabricación de dispositivos en México.
La demanda mundial de semiconductores se disparó durante la pandemia y provocó una escasez mundial que afectó duramente a Estados Unidos, y se agravó con la clausura de fábricas chinas por el covid-19.
Para Biden, el desarrollo de semiconductores es «la competencia económica del siglo XXI».
La apuesta del litio –
Durante la reunión con Blinken, López Obrador expuso su plan para la explotación de litio, mineral clave en la fabricación de autos eléctricos y nuevas tecnologías, comentó Ebrard.
En abril, México nacionalizó ese sector, aún incipiente, si bien el gobierno mexicano asegura que hay importantes yacimientos en el estado de Sonora (noroeste, fronterizo con Estados Unidos).
Tras esa decisión del Congreso, impulsada por López Obrador, el mandatario izquierdista anunció a finales de agosto que abrirá la explotación de ese mineral a inversionistas privados y que ya había avanzado en conversaciones con Biden al respecto.
Ambos presidentes se reunieron en Washington el pasado 12 de julio.
En México están instaladas varias de las principales fábricas de autos como Ford y Volkswagen, que surten el mercado norteamericano, y requieren de estos componentes para producir vehículos cada vez más tecnológicos.
Según Ebrard, la participación de México en el desarrollo de semiconductores le permitiría al país «crecer al doble de lo que está creciendo hoy» y reducir la pobreza, que aqueja a casi la mitad de los 126 millones mexicanos.
La secretaria de Economía mexicana, Tatiana Clouthier, manifestó a su vez que la participación de México podría ampliarse al área investigativa.
Baja el tono –
López Obrador y Blinken también dialogaron muy brevemente sobre las reformas del gobierno mexicano al sector energético, que desataron una disputa en julio pasado en el marco del acuerdo de libre comercio T-MEC con Estados Unidos y Canadá.
Blinken reiteró que esta cuestión será resuelta en el mecanismo de solución de controversias del tratado.
Estas disputas son parte de «cualquier relación comercial, aún en los socios más estrechos», afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense.
López Obrador considera que los reclamos, principalmente los de Washington, son injustificados y rechaza que gobiernos extranjeros opinen sobre leyes nacionales.
Pero poco antes de recibir a Blinken bajó el tono, señalando que lo hacía en reciprocidad a un gesto similar de Biden, quien recientemente le envió una carta. «Por eso no tiene caso seguir alentando diferencias», sostuvo.
Blinken agradeció por otra parte el apoyo de México en la lucha contra el tráfico de fentanilo, una potente droga sintética, y el manejo de la creciente migración irregular.
Autoridades de ambos países se reunirán en octubre próximo en Washington para abordar el combate al narcotráfico y la violencia.
México planteó el año pasado una demanda contra los mayores fabricantes de armas estadounidenses, a los que acusa de «negligencia» para evitar que caigan en manos de criminales, a los que se atribuye la mitad de los homicidios que se cometen en el país (340.000 desde que en 2006 se militarizó el combate antidrogas con financiación de la Casa Blanca).
Durante una visita de Blinken a México en 2021 se puso fin a la Iniciativa Mérida, marco legal de dicha cooperación, para dar paso a un enfoque centrado en atender las causas del narcotráfico, según ambos gobiernos.
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