México (AFP) – Abrazados, llorando y molestos por el «abandono» de la fiscalía local, familiares de los muertos y sobrevivientes del colapso de un tramo elevado del metro de Ciudad de México conmemoraron este martes el primer aniversario de la tragedia.
«No hay nada que repare la vida de nuestros familiares, con nada voy a reparar la vida de mi hijo, pero hoy en día queremos dejar huella y que esto no vuelva a pasar», dijo Marisol Tapia, madre de un niño de 12 años que falleció la trágica noche del 3 de mayo de 2021.
Las víctimas colocaron cruces de más de dos metros de alto hechas con lirios y rosas rojas al pie de la viga caída de la Línea 12.
Mantas negras tapan parte de la estructura fracturada hace un año que dejó 26 muertos y decenas de heridos.
«Hoy fuimos nosotros, pero queremos evitar que el día de mañana pase otra desgracia como esta», añadió la madre de Brandon Giovanni, quien aquella noche viajaba en el metro para ir a comprarle un regalo.
El Grupo Carso, del magnate mexicano Carlos Slim, dijo que reparará la vía colapsada y reforzará la parte que construyó del tramo elevado para adecuarlo a las nuevas exigencias que el gobierno local implementó tras un terremoto en 2017, que dejó más 369 muertos.
Pero este grupo de 12 familiares, escindido del resto, considera que es necesario que todo ese tramo sea demolido por temor a que vuelva a derrumbarse.
«Que se tire (se derrumbe). ¡Yo quiero que se tire! ¡No es un capricho!», estalla en el altavoz Sergio Santiago, de 40 años.
Secuelas graves –
«Estoy a la deriva por la falta de apoyo», dice Santiago, quien confiesa entre lágrimas que intentó suicidarse dos veces «porque es difícil vivir así».
La noche del 3 de mayo, Santiago viajaba en uno de los vagones que quedaron colgando en el aire formando una gran V luego del colapso de la viga a la altura de la estación Olivo de la Línea 12, en el populoso oriente de la metrópoli.
«Tengo partido un muslo, en la tibia también tengo problemas, y no puedo caminar», añade.
Un 90% de los familiares de fallecidos y heridos han firmado acuerdos reparatorios con la constructora de Slim, que incluyen una cláusula de confidencialidad y la promesa del beneficiario de abstenerse de cualquier demanda en el futuro.
Pero además establecen que la firma no reconoce culpabilidad en el siniestro.
«No implica, ni debe interpretarse, considerarse o tenerse, como reconocimiento de responsabilidad alguna», dice el texto de ese acuerdo filtrado a medios, que incluye una cláusula de confidencialidad.
Este grupo de 12 familiares no firmará esos acuerdos porque, aseguran, la fiscalía de la capital mexicana no consideró los peritajes para calcular la reparación del daño integral.
«Somos seres humanos» –
La fiscal de Ciudad de México, Ernestina Godoy, hizo un llamado a las víctimas que faltan por adherirse al acuerdo a «acercarse a la fiscalía».
«Sabiendo que no hay monto que pueda reparar la pérdida de un ser querido y de acuerdo con el principio de justicia alternativa, se preparó un diagnóstico que ponderó el ingreso que dejaron o dejarán de percibir las víctimas, por ejemplo, la pérdida del jefe de familia proveedor», sostuvo Godoy en un mensaje difundido el lunes.
La investigación fiscal concluyó que el derrumbe fue originado por «errores en su construcción» que ponían en riesgo «la estabilidad estructural» de esa parte de la obra.
Se acusó a ocho exfuncionarios y dos representantes jurídicos por la probable comisión de homicidio y daños culposos. Una audiencia programada para este lunes fue pospuesta para el 6 de junio debido a que uno de los acusados no se presentó.
Hasta el momento no se conoce ninguna imputación de la fiscalía contra empresas.
«Al Gobierno se le olvida que somos seres humanos», denunció Tapia tras insistir en la demolición.
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