Río de Janeiro (AFP) – Messi y Neymar, las dos megaestrellas sudamericanas, estarán frente a frente el sábado en una final soñada de la Copa América-2021 liderando a los archirrivales Argentina y Brasil en el emblemático estadio Maracaná.
El portero Emiliano Martínez, el héroe de la noche en el Mané Garrincha de Brasilia, contuvo tres penales en la tanda que Argentina derrotó 3-2 a Colombia, luego de que los 90 minutos finalizaran 1-1 con gol albiceleste de Lautaro Martínez a los 6 y del cafetero Luis Díaz al minuto 60.
Modesto, ‘Dibu’ Martínez sostuvo tras el partido que atajar penales «es cuestión de suerte y hoy me tocó ser el glorioso a mi».
Un Messi intermitente, combativo y muy golpeado renovó su ilusión de ganar por fin la Copa América, que se le ha negado en otras tres definiciones (Venezuela-2007, Chile-2015 y EEUU-2016), al igual que en el partido decisivo del Mundial-2014, que ganó Alemania 1-0.
Los rivales históricos se encontrarán en el icónico Maracaná, donde Brasil quiere repetir el título que ganó en 2019 y Argentina cortar una racha de 28 años sin coronaciones.
«Vamos a jugar una final contra nuestro eterno rival, el de toda la vida, las dos selecciones más potentes de Sudamérica y esperemos que (…) sea un buen partido. Lógicamente queremos ganarla», dijo el entrenador argentino Lionel Scaloni en rueda de prensa virtual tras la victoria a Colombia.
Ni bien el lunes terminó el partido que le dio la clasificación a la final a Brasil ante Perú (1-0), Neymar retó a su amigo Messi.
«Quiero Argentina (en la final), apoyo Argentina (en la semifinal), porque tengo amigos ahí, y en la final ganará Brasil», sostuvo el ídolo de la seleçao.
El duelo en la final de la Copa América el sábado entre las dos potencias sudamericanas está plagado de sabrosos condimentos, comenzando por la rivalidad entre Messi y Neymar, dos de las grandes figuras mundiales y que nunca han ganado un torneo continental, al igual que las estrellas Pelé y Diego Maradona.
Otro de los ingredientes que le dan más picante a este clásico mundial es que Messi puede igualar en 77 al emblemático Pelé como jugador con más goles en una selección sudamericana.
Pero el más fuerte es la lucha por ‘el asalto’ al Maracaná: si Argentina gana la final el sábado en el templo del fútbol sudamericano, un emblema de Brasil, sería la mejor coronación para olvidar las frustraciones de Messi.
En cambio para Brasil, de alzarse con el trofeo, lograría el segundo título consecutivo en su emblemática casa, y esta vez con Neymar al frente.
El sábado la albiceleste va por su título 15 de Copa América, para igualar a Uruguay como el máximo ganador, y Brasil por su décima corona.
Alto grado de dificultad –
Argentina afrontó un durísimo partido la noche del martes en semifinales ante una Colombia que salió a controlar a Messi con algunas brusquedades pero desplegó un fútbol fluido, liderado por un imparable extremo Luis Díaz, autor del gol cafetero.
Tras el gol de Lautaro Martínez, Argentina perdió el balón y debió esperar hasta el empate colombiano para volver a tomar posesión que se afianzó con el ingreso de un histórico, Angel Di María, quien puso en aprietos a la dura defensa colombiana.
Messi, ¿es ahora? –
Tal vez en su mejor etapa en la selección argentina desde que debutó en 2005, Messi sabe que, a sus 34 años, es ahora o tal vez nunca.
Poco tiempo atrás su mochila era muy pesada, cargada con tres finales perdidas de Copa América y un período de 28 años de sequía de la selección absoluta, pero ahora reparte más el peso y luce aliviado, acompañado por jugadores como Rodrigo De Paul, Giovani Lo Celso o Leandro Paredes, que le ofrecen variadas opciones.
En esta Copa América ‘la Pulga’ está picando seguido: suma cuatro goles (dos de tiro libre) y ahora cinco asistencias, tras el pase gol que le cedió a Lautaro Martínez este lunes.
Brasil sufre pero gana –
Brasil sufrió para llegar a la final ante un Perú que le cedió un tiempo pero le complicó la vida en el complemento, aunque finalmente no pudo revertir el exiguo 1-0 a favor del anfitrión, el mismo resultado que logró en cuartos de final ante Chile.
La seleçao se basa en un sólida defensa -apenas encajó dos goles en seis partidos en la Copa- y en la magia de Neymar, pero está muy lejos del ‘jogo bonito’ que cautivó años atrás al mundo del fútbol.
En estos dos partidos de eliminación directa, ante Chile y Perú, el conjunto de Tite dio la señal de que es terrenal. No pudo confirmar en el transcurso de la Copa el nivel superlativo con el que inició su derrotero en casa, cuando parecía que se llevaba todo por delante.
Ahora le toca la final deseada y ninguno dará ventajas en un superclásico cerrado, el mejor epílogo para una Copa América que nació con numerosas dificultades.