San Isidro (Argentina) (AFP) – El psicólogo que atendía a Diego Maradona negó que haya existido un plan para matar al legendario exfutbolista que «estaba encaminado en su recuperación» cuando falleció de una crisis cardiorrespiratoria, al declarar este miércoles ante la fiscalía argentina que investiga la muerte del ’10’.
«Mi trabajo como psicólogo especialista en adicciones no tuvo ningún tipo de injerencia en el desenlace fatal (de Maradona), que nos duele a todos. Cabe destacar que no hubo ningún tipo de plan delictivo para matar a Maradona, como se ha dicho», afirmó a la prensa Carlos Angel Díaz, al salir de la Fiscalía de San Isidro, tras una declaración indagatoria que se prolongó por unas diez horas.
Díaz, de 29 años, fue el quinto interrogado en la causa, luego de que se tomara declaración a dos enfermeros, al superior de ambos y a una médica que oficiaba de coordinadora de atención de Maradona.
Todos están siendo investigados por «homicidio simple con dolo eventual», un delito castigado con entre 8 y 25 años de cárcel y que refiere a una persona que no modifica su accionar pese a saber que puede tener un desenlace fatal.
El psicólogo sostuvo que su trabajo tuvo por objetivo «ayudar» a quien fue ídolo del Nápoles de Italia y «tratar de que pudiese lograr la tan ansiada recuperación de sus adicciones que lo han tenido a maltraer durante muchas décadas».
«Entiendo que ese objetivo fue cumplido, más allá del lamentable fallecimiento. Estábamos encaminados a lograr un buen trabajo en equipo. Lograr la recuperación que sabemos que es un trabajo arduo, que conlleva mucho esfuerzo y que Maradona estaba dispuesto a hacer», aseveró el profesional.
En la Fiscalía, a 25 km al norte de Buenos Aires, el psicólogo presentó un escrito y luego aceptó responder preguntas de los fiscales.
Maradona murió el 25 de noviembre de 2020. Una junta de peritos médicos concluyó que el astro falleció debido una crisis cardiorrespiratoria luego de horas de agonizar en su lecho en una casa en un barrio privado de Buenos Aires, donde se reponía de una cirugía de cabeza por un hematoma y otras dolencias.
El informe concluyó que Maradona «fue abandonado a su suerte» y que el tratamiento médico que recibió «fue inadecuado, deficiente y temerario».
El psicólogo defendió la decisión de haber llevado a una casa al capitán del campeón del mundo en México-1986, ya que «no cumplía con los criterios para una internación compulsiva» en un centro de rehabilitación.
«Facultades plenas» –
«El fallecimiento se debió a un cuadro clínico que no tiene nada que ver con una cuestión psicológica o psiquiátrica», sostuvo Díaz y aseguró que al morir Maradona estaba en mucho mejor estado del que había exhibido en su última aparición en público el 30 de octubre del año pasado al cumplir 60 años, cuando estuvo unos minutos en la cancha de Gimnasia La Plata, el equipo que dirigía.
Según Díaz, durante su tratamiento psicológico «no hubo consumo de ninguna droga legal o ilegal» y Maradona estaba «con sus facultades mentales plenas».
«El Maradona que ustedes vieron (el 30 de octubre de 2020) no es el que falleció. Era una persona totalmente diferente. Cuando alguien deja de consumir sustancias se produce un cambio significativo. Fundamentalmente en los primeros días de internación domiciliaria, estaba muy bien y con muchas ganas de cambiar y mejorar», sostuvo.
El lunes, la médica Nancy Forlini, encargada de la empresa de salud Swiss Medical para facilitar las prestaciones médicas domiciliarias, rechazó responder las preguntas de la fiscalía y entregó un escrito en el que señaló al neurocirujano Leopoldo Luque y a la psiquiatra Agustina Cosachov como los principales responsables de la salud de Maradona.
Las declaraciones condicen con las del coordinador de enfermería Mariano Perroni y las de los enfermeros Ricardo Almirón y Dahiana Madrid, quienes la semana pasada declararon que tenían orden de no molestar ni despertar al paciente, cuya historia clínica desconocían. Además dijeron que la casa alquilada no contaba ni con el equipamiento médico ni las comodidades necesarias para atender al paciente.
Cosachov y Luque, los más comprometidos en la investigación, deben declarar en audiencias previstas el viernes 25 y el lunes 28 de junio, respectivamente.
Tras escuchar a los indagados, la Fiscalía elevará su conclusión al juez, quien puede sobreseerlos o elevar el caso a juicio.