Managua (AFP) – Varios colegios privados de Nicaragua optaron por suspender sus clases presenciales, en medio de un aparente repunte de casos de covid-19, que también afecta a escuelas públicas, en un país donde no se adoptaron grandes medidas de contención por la pandemia.
El incremento de contagios de covid-19 fue alertado por especialistas independientes, sobre todo después de actividades que generaron aglomeración tras las celebraciones por Semana Santa.
Sin embargo, el tema es tratado como tabú ante el riguroso celo del gobierno del presidente Daniel Ortega, que pide no generar alarmas, mientras se producen discrepancias respecto de la cifra real de contagios.
Según dijo a la AFP la coordinadora de la opositora Unidad Sindical Magisterial, Lesbia Rodríguez, en los colegios públicos el Ministerio de Educación orientó a los directores que, en caso de alumnos o maestros afectados con tos, fiebre u otros síntomas, «no sean alarmistas, que es una gripe y que ahora todo lo ven como covid-19».
Mientras Jorge, un alumno de cuarto año en un colegio público, comentó: «Los profesores nos han dicho que han salido algunos estudiantes contagiados y los regresan a sus casas, pero no dicen si van a suspender las clases. Yo tengo miedo que me dé eso (covid-19)».
Nunca pararon –
Las escuelas de Nicaragua, con una población de más de un millón de alumnos, en ningún momento paralizaron sus clases por la pandemia durante 2020 y comenzaron normalmente el ciclo este 2021. Una medida de la que el gobierno se enorgullece.
El colegio privado Pureza de María, al este de Managua, anunció que varios padres de familia han informado de casos de covid-19 en sus viviendas.
«Analizando la situación hemos visto que afecta a diversos grados», por lo que la dirección decidió, como medida de prevención, «suspender las clases presenciales (…) pasando a la modalidad en línea», según un documento distribuido a los apoderados.
La escuela normal María Mazarrello (oeste) y el centro escolar Enrique de Osso (sureste), ubicados en Managua, así como el Colegio Divino Pastor (en Diriamba), todos privados, tomaron decisiones similares ante casos sospechosos de covid-19, y pasaron a las clases virtuales.
Otros colegios como el Centroamérica, de los Jesuitas, retiraron a alumnos de una sección donde se detectó a un niño con síntomas.
La suspensión de las clases es temporal y en algunos colegios se extiende hasta el 10 de mayo.
En tanto, la privada Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) detectó brotes de covid-19 entre estudiantes y sus familiares, el personal administrativo y su entorno familiar, pero no optó por suspender clases y pidió a la comunidad observar las medidas de bioseguridad, según una circular divulgada en sus redes sociales.
Repunte «evidente» –
«Es evidente que hay un repunte del covid-19, tenemos una mayor consulta de casos, hospitalización y cierre de colegios por personas infectadas en la comunidad», explicó a la AFP el infectólogo Carlos Quant.
Consideró que era algo previsible, porque la población relajó las medidas de bioseguridad para Semana Santa, cuando se movilizaron más de 300.000 personas a las playas.
La vicepresidenta Rosario Murillo en su discurso diario en medios oficiales, no se ha referido a lo que ocurre en las escuelas ni a las alertas de especialistas, aunque llamó a «seguir cuidándonos», usar mascarillas y lavarse las manos.
Pero al mismo tiempo la también primera dama instó a «continuar realizando nuestras actividades culturales, sociales y deportivas en espacios abiertos».
Para el epidemiólogo Leonel Arguello, los contagios que están apareciendo en las escuelas son un síntoma de que la curva de infectados va hacia arriba. «Las aglomeraciones siguen, eso es sembrar la enfermedad para cosecharla posteriormente», comentó.
Nicaragua, con 6,5 millones de habitantes, no adoptó medidas de restricción para contener el covid-19 y según reportes oficiales suma 6.898 casos y 182 fallecidos.
No obstante, el Observatorio Ciudadano, una plataforma de médicos y ciudadanos, contabiliza en 13.806 los contagios y 3.055 las muertes sospechosas o asociadas con la pandemia.
El país lleva adelante una vacunación voluntaria para personas de mayores de 60 años, con vacunas AstraZeneca donadas vía el mecanismo Covax de la OMS.
Y recientemente recibió un crédito de 100 millones de dólares del Banco Centroamericano (BCIE), para la compra de 6,8 millones de dosis.
Si bien la sindicalista Rodríguez consideró que lo mejor para los escolares es la enseñanza presencial, como lo ha recomendado Unicef, mencionó que algunas escuelas no cuentan con agua o no se aplican medidas de prevención.
Estimó que en el gremio hubo 52 maestros fallecidos en 2020 y este año al menos tres, aunque cree que la cifra puede ser más alta. «Lo que pasa es que (al covid-19) lo disfrazan de otras enfermedades», lamentó.