La Paz (AFP) – La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, seguirá en prisión en La Paz bajo supervisión médica para monitorear su estado de salud, situación que será verificada por una misión del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas en el país.
El director general de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, informó este sábado del envío de un equipo de la ONU al Centro Penitenciario Femenino de Miraflores, donde fue trasladada desde otra cárcel capitalina esta madrugada, para verificar que «no se ha vulnerado ningún tipo de derecho» de Áñez.
La exmandataria cumple prisión preventiva por cuatro meses acusada de ser partícipe de un supuesto golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales en noviembre de 2019, y acusada de los delitos de sedición, terrorismo y conspiración, en base a una denuncia de una exdiputada oficialista del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Periodistas de la AFP comprobaron la entrada de un mujer de la misión de la ONU a la cárcel, un centro que dispone de elementos y material médico para «permitir el cuidado» de la expresidenta derechista, quien padece un cuadro de hipertensión y desde el pasado jueves solicita salir de prisión para ir a centro médico para ser tratada.
«De acuerdo al cuadro clínico que presenta la señora Jeanine Áñez tenemos todo para resguardar su salud», afirmó en rueda de prensa Limpias, quien destacó que disponen de oxígeno, monitores cardíacos y otros instrumentos necesarios para que el personal de salud o especialistas puedan «desarrollar su actividad al interior del centro».
No hay necesidad de salir –
Limpias aseguró que han sido «responsables», de acuerdo a los informes médicos, para determinar que «no era necesaria la salida (de prisión) de la señora Jeanine Áñez», quien se encontraba «estable», documentos que serán entregados a la misión internacional para su verificación.
Áñez, quien ejerció el poder de forma interina en Bolivia desde noviembre de 2019 a noviembre 2020, solicitó en la víspera a través de una audiencia judicial su salida de la cárcel para acudir a una clínica, la cual fue otorgada pero desestimada horas después por el mismo tribunal.
En la madrugada de este sábado, la exmandataria fue trasladada en ambulancia desde el penal en que se encontraba desde el lunes pasado a este nuevo presidio adecuado a su situación.
«Atentado» contra su vida –
«Me sacaron diciéndome que iba a la clínica del Sur», declaró escuetamente la exmandataria a la prensa al momento de llegar al penal de mujeres de Miraflores.
Ante los cambios de decisiones sobre la situación y ubicación de Áñez, su hija, Carolina Ribera, criticó a través de un vídeo publicado en redes sociales que están «atentando contra la vida» de su madre al no permitir que salga a la clínica para ser atendida por especialistas.
«Esto es un abuso, una injusticia y están atentando contra la vida de mi madre, que necesita con urgencia atención médica», destacó Ribera.
Aunque las autoridades ya han dicho que no ven necesaria la salida de prisión de la exmandataria, su defensa ha solicitado una nueva audiencia judicial para volver a intentar obtener el permiso que consiguieron en la víspera, después revocado, para ir a un centro médico.
Detenciones por supuesto golpe de Estado –
La expresidenta interina de Bolivia ingresó la semana pasada a una cárcel de mujeres de la ciudad de La Paz tras ser detenida en la ciudad de Trinidad, capital del departamento amazónico del Beni (noreste), por orden de la fiscalía.
También fueron aprehendidos sus exministros de Justicia y Energía y pesan órdenes de detención contra otros, entre ellos el líder cívico de la rica región de Santa Cruz, el derechista Luis Fernando Camacho, gobernador de ese departamento, además de altos cargos militares y policiales.
Entre ellos fue detenido de forma preventiva en la noche del viernes el general del Ejército Franco Orlando Suárez, acusado de homicidio y lesiones graves y leves en el marco de las protestas de noviembre de 2019. En noviembre de 2020 había sido detenido otro general de las Fuerzas Armadas, Alfredo Cuéllar, por la represión de las protestas.