París (AFP) – En Europa aumenta la presión de la sociedad civil: unas 450 asociaciones y oenegés unidas en el colectivo Stop Ceta-Mercosur hicieron este lunes un llamado a los gobiernos para que abandonen el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, que todavía debe ser refrendado por los 27.
Para este colectivo, el acuerdo entre la UE con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, miembros del Mercosur «se inscribe en una línea de compromisos comerciales obsoletos que datan del siglo XX y que han destruido al planeta».
Se «agravará el colapso y la destrucción de la biodiversidad en las regiones de la Amazonia, Cerrado (sabana tropical brasileña) y el Gran Chaco a causa del aumento de las cuotas de importación de ganado y etanol hacia Europa, perpetuando un modelo agrícola-ganadero extractivista, apoyado en el sobrepastoreo, la expansión de los criaderos intensivos con corrales de engorde para el ganado y los monocultivos dependientes de pesticidas y productos químicos», subrayan los firmantes, entre los que se encuentran Attac, Greenpeace, Oxfam y también Extinction Rebellion UK.
Esta coalición se ‘estremece’ al prever las consecuencias del futuro tratado, «destruyendo los medios de subsistencia de numerosísimos campesinos y pequeñas explotaciones familiares, tanto en Europa como en Sudamérica». También hace planear el riesgo de agravar «la dependencia de las economías sudamericanas de las exportaciones a bajos precios de materias primas».
El acuerdo, concluido en 2019 después de más de 20 años de negociaciones, tiene por objetivo la creación de un mercado con unos 750 millones de consumidores entre los 27 países de la Unión Europea y los cuatro del Mercosur.
Pero el proceso de ratificación se ha ido frenando desde el aumento de los incendios en la Amazonía, con Francia y Alemania, en particular, deplorando la falta de compromiso de Brasil en lo que concierne a la defensa del medio ambiente.
Por su parte, Brasil niega por completo que este acuerdo pueda contribuir a la destrucción de la Amazonía, viendo detrás de esto la mano de «grupos de interés», que utilizan el «pretexto» del medio ambiente para retrasar el aval necesario.
Para desbloquear la ratificación de este acuerdo, la UE propuso en enero una declaración conjunta complementaria que concierne sobre todo a compromisos con el desarrollo sostenible, incluida la reducción de la deforestación de la Amazonía.
Pero, París exige «garantías tangibles y objetivas» de los cuatro países interesados «respecto al medio ambiente y las normas sanitarias», y no una simple declaración de intenciones.