Buenos Aires (AFP) – El ministro de Salud de Argentina, Ginés González García, renunció a su cargo por pedido del presidente Alberto Fernández, después de que se revelara que allegados suyos se habían vacunado contra el covid-19 en su despacho, sin necesidad de solicitar turno como los demás argentinos.
«Respondiendo a su expreso pedido, le presento mi renuncia al cargo de ministro de Salud», escribió González García este viernes en una carta dirigida al mandatario.
En su lugar fue designada la hasta ahora secretaria de acceso a la salud, Carla Vizzotti, una especialista en medicina interna de 48 años, que jurará el cargo el sábado por la tarde, anunció la presidencia.
Vizzoti se destacó por haber conseguido la vacuna rusa Sputnik V para Argentina, primer país en América que la aprobó y utilizó.
González García, de 75 años y quien ya había estado al frente de esa cartera durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), asumió en diciembre de 2019 y tuvo que manejar toda la pandemia de coronavirus.
Su gestión, con altibajos, quedó definitivamente empañada por la vacunaciones «de privilegio» en la sede del Ministerio de Salud, que se conocieron el mismo día en que la ciudad de Buenos Aires habilitó la solicitud de turnos online para vacunar a mayores de 80 años a partir del próximo lunes, un mecanismo que colapsó casi de inmediato ante la enorme demanda.
Hasta ahora en Argentina solo se ha vacunado al personal de salud. Recién el miércoles comenzó la vacunación para mayores de 70 años en la provincia de Buenos Aires.
«Inmoralidad» –
El escándalo estalló luego de que el periodista Horacio Verbitsky contara este viernes en la radio que, gracias a su larga amistad con el ministro, pudo vacunarse en su despacho.
«Decidí vacunarme. Me puse a averiguar en dónde hacerlo. Llamé a mi viejo amigo, Ginés González García, a quien conozco desde mucho antes de que fuera ministro», relató Verbitsky, de 71 años.
El escándalo provocó una catarata de reacciones en las redes sociales bajo el hashtag #vacunasvip.
Además de Verbitsky, otras personas cercanas al gobierno se vacunaron en el Ministerio de Salud, según la prensa local.
González García resaltó en su carta de renuncia que «las personas vacunadas pertenecen a los grupos incluidos dentro de la población objetivo de la campaña vigente», en referencia a los mayores de 70 años.
Además de su actividad como periodista, Verbitsky también preside el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), dedicado a los derechos humanos.
Roberto Navarro, dueño del Destape Radio, la emisora en la que Verbitsky reveló su vacunación, anunció que canceló sus colaboraciones. «Es una inmoralidad que con 50 mil muertos haya vacunados VIP. Es inmoral quien lo autorizó y quien se vacunó», escribió Navarro en Twitter.
También los empleados de CELS repudiaron el hecho. «Recibimos la noticia de que el presidente de nuestra organización fue vacunado por fuera del sistema establecido, a través de una cadena de favores y a título personal (…) El equipo de trabajadores del CELS rechaza esta o cualquier otra acción o privilegio», publicaron en Twitter.
Argentina, con 44 millones de habitantes, suma más de dos millones de contagios de covid-19 y alcanza 51.000 muertes.
La vacunación comenzó a finales de diciembre pasado con la Sputnik V, del laboratorio ruso Gamaleya, pero el proceso avanza mucho más lentamente de lo previsto al comienzo, debido a la escasez de dosis.
El presidente Fernández y la vicepresidenta, Cristina Kirchner, fueron de los primeros en recibir la vacuna. Ambos mayores de 60 años lo hicieron ante las cámaras para transmitir confianza en la vacuna.
Hasta ahora, Argentina ha recibido 1.220.000 dosis de Sputnik V y 580.000 de Covishield, del instituto indio Serum, estas últimas llegadas el miércoles.
El plan incluye más adelante vacunas de Oxford/AstraZeneca, hasta completar este año 62 millones de dosis de diferentes contratos, entre ellos uno con el mecanismo internacional de cooperación Covax.