Como ya es costumbre cada 7 de diciembre, los nicaragüenses dentro y fuera de su país celebran la tradicional Gritería con altares y cantos en honor a la Inmaculada Concepción de María.
La Gritería es una fiesta que se celebra en Nicaragua en honor a la Inmaculada Concepción de María a partir del 7 de diciembre, víspera de esa fiesta católica. La gente visita las casas donde se colocan altares en honor a la Virgen María, en donde se congregan los fieles a cantarle y los anfitriones los reciben con comida y bebida.
Además de los cantos, cuando uno de los participantes grita, «¿Quién causa tanta alegría?«, el resto del grupo responde, «¡La Concepción de María!«.
La celebración se originó en la ciudad de León a mediados del siglo 18 y desde allí se extendió al resto del país. Comienza la noche del 7 de diciembre y continúa hasta el día siguiente, con fiestas familiares, en donde se invitan a parientes y amigos para rendirle honores a la Virgen María.
Los dueños de las casas reciben a sus invitados con la gorra, que es un brindis que puede incluir dulces y comidas típicas preparados para la ocasión, como el nacatamal. En tiempos modernos, la gorra se ha extendido a artículos como ropa y juguetes para los niños.
La celebración de la Gritería incluye cantos dedicados a la Purísima, la mayoría de los cuales son de la época colonial. Otros otros fueron compuestos por Alejandro Vega Matus (1875 – 1937), de la ciudad de Masaya, quien también le agregó los arreglos musicales. La más famosa es Salve Azucena Divina.
La tradición tiene su origen con la llegada de los misioneros a América, quienes trajeron la devoción por la Virgen María y su Inmaculada Concepción, especialmente a Nicaragua. La costumbre comenzó con el arreglo e instalación de luces en las calles para que los residentes de León pudieran visitar las casas.
El famoso grito, según el historiador nicaragüense Eduardo Buitrago, surgió de una expresión que usaban los monjes franciscanos para animar y saludar al pueblo que celebraba. La frase se convirtió en una forma de saludo entre las personas que caminaban por las calles de León para realizar la visita de casa en casa.