Lima (AFP) – El jefe del Congreso Manuel Merino asumió este martes como nuevo jefe de Estado peruano, en medio de protestas en las calles y temores de los mercados, al día siguiente de la destitución del popular mandatario Martín Vizcarra.
«Juro por Dios, por la patria y por todos los peruanos que ejerceré fielmente» el cargo de presidente, declaró Merino, un ingeniero agrónomo de centroderecha, de 59 años, y casi desconocido para los peruanos. Se convirtió así en el tercer presidente desde 2016, reflejo de la fragilidad institucional que ha caracterizado al país desde su independencia en 1821.
Mientras era juramentado, había protestas contra la destitución de Vizcarra en las calles vecinas a la sede del Congreso en Lima, con choques entre manifestantes y policías, así como cacerolazos en diversos barrios de la capital, observaron periodistas de la AFP. Además, había protestas en otras ciudades como Arequipa y Cusco, según medios locales.
«Nuestro primer compromiso (…) es respetar el proceso electoral en marcha. Nadie puede cambiar la fecha de las elecciones convocadas el 11 de abril del año 2021», dijo luego Merino, con la banda presidencial bicolor en el pecho, en su primer discurso ante el Congreso, en el que prometió «imparcialidad en todos los procesos electorales».
Merino negó haber «comprado» votos para destituir a Vizcarra, hizo un llamado a la «unidad» nacional y prometió que dejará el mando el 28 de julio de 2021, día en que finaliza el actual periodo de gobierno.
Además, criticó el manejo de la pandemia por parte del anterior mandatario, diciendo que éste es «el país con peor manejo del covid-19».
Con casi 33 millones de habitantes, Perú acumula 923.000 contagios de coronavirus y unos 35.000 muertos, pero es la segunda nación con mayor tasa de mortalidad del mundo por covid-19 en relación a su población (105,9 por cada 100.000 habitantes), según la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, centro de referencia.
Luego de su discurso, Merino se dirigió en automóvil al palacio de gobierno, a pocas cuadras del Congreso, donde recibió honores de un batallón de caballería del Ejército.
– Temores en la economía –
Merino, legislador por la región norteña de Tumbes, fronteriza con Ecuador, ha militado toda su vida en Acción Popular (centroderecha), el partido que fundó el dos veces presidente Fernando Belaúnde (1963-1968 y 1980-1985).
Sin embargo, los líderes partidarios parecen divididos sobre la conveniencia de remover a Vizcarra en medio de la pandemia y la recesión económica, mientras los mercados han expresado temores de que Perú abandone la política de mantener equilibrios macroeconómicos.
«Este Congreso ha venido adoptando leyes fuertemente nocivas en términos económicos», afirmó el exministro de Economía y Finanzas, Alonso Segura, al explicar los temores de los mercados.
Este martes la moneda peruana mostraba una depreciación cercana a 1% frente al dólar respecto al cierre del día anterior. Los bonos gubernamentales en dólares también cayeron.
Vizcarra, también de centroderecha pero sin partido ni bancada legislativa, descartó resistir con recursos judiciales su destitución y se marchó el lunes en la noche del palacio de gobierno a su residencia particular.
El Congreso destituyó a Vizcarra la noche del lunes por «incapacidad moral» al cierre de un segundo juicio político en su contra en menos de dos meses, tras denuncias de que había recibido sobornos cuando era gobernador de la región sureña de Moquegua en 2014, cargos que él niega.
«Salgo del palacio de gobierno como entré hace dos años, ocho meses: con la frente en alto», declaró ante la prensa rodeado de sus ministros en el patio de la casa de gobierno.
«Me voy con la conciencia tranquila y el deber cumplido», agregó Vizcarra, quien gozó de niveles récord de popularidad en sus 32 meses de gobierno.
La moción de destitución fue aprobada por 105 votos a favor, 19 en contra y cuatro abstenciones, superando ampliamente los 87 votos necesarios.
– «Incertidumbre» –
El juicio político a Vizcarra fue una suerte de repetición -pero con final diferente- de otro proceso de destitución del que había salido airoso el 18 de septiembre.
Vizcarra tuvo un destino similar al de su predecesor, Pedro Pablo Kuczysnki (2016-2018), quien no pudo completar su mandato al verse forzado a dimitir por presiones del Parlamento.
«Perú sale más debilitado institucionalmente. Merino será un presidente débil, ese es el escenario en un contexto de elecciones generales [en abril de 2021] con pandemia», dijo a la AFP el analista político Augusto Álvarez Rodrich.
«Esto es un hecho político que abre puertas a una situación de incertidumbre», declaró por su lado el analista Fernando Tuesta al canal público TV Perú.
«Es una situación claramente preocupante por decir lo menos», agregó.
El arzobispo de Lima, Carlos Castillo, afirmó que al Congreso le faltó «sentido de la proporción» al remover a Vizcarra, lo que es «algo muy grave».