Santiago (AFP) – Una fuerte presencia militar se impuso en las zonas vulnerables de Santiago donde el lunes hubo protestas por comida y trabajo en medio de una cuarentena total, mientras en Chile los nuevos contagios de coronavirus se dispararon un 55% respecto al lunes hasta rozar los 50.000 casos.
Con decenas de militares y camiones del ejército en la zona de la comuna El Bosque, se aplacaron las calles donde el lunes un centenar de vecinos se enfrentaron con palos y piedras a policías antimotines, tras el primer día hábil de la cuarentena que rige desde el viernes en la capital, el principal foco de la pandemia en el país.
«Estamos en un momento muy complejo, muy difícil, con mucha preocupación ciudadana», dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich, en un mensaje para dar el último balance en un tono que reflejó angustia.
El número de contagios subió el martes a 49.579, tras registrar el mayor incremento diario de nuevos infectados desde el principio de la epidemia: 3.520.
En las últimas 24 horas también se alcanzó un récord de fallecidos, 31 personas, lo que lleva a 509 muertos desde el 3 de marzo.
«Tenemos hambre», «necesitamos trabajar, necesitamos que llegue algo de ayuda», se escuchaba entre vecinos de los barrios más vulnerables de Santiago, parte de los 11,7% de pobres que tiene este país de casi 18 millones de habitantes.
«La gente no tiene trabajo, no tiene dinero y no tiene alimento», lamentó Mónica Sepúlveda, guardia de seguridad desempleada de 46 años, el martes en El Bosque.
Sepúlveda criticó que el gobierno prometa ayudas que no llegan. Desde hace años «se han reído de la gente humilde como nosotros», dijo la manifestante. El gobierno «ayuda a la gente rica, a los empresarios».
Mañalich se refirió a los reclamos de sectores populares: «Estamos viendo lo que denominamos una pandemia social. Produce pérdida de empleos, falta de recursos y lo peor, produce hambre. Por eso el presidente está tomando una serie de medidas para que el hambre no golpee a los más desposeídos».
El titular de Salud declaró: «la crisis sanitaria y social que vivimos no tiene precedentes en Chile, es por eso que hay que dimensionar adecuadamente cuál es el desafío que enfrentamos y hacerle frente, todos unidos».
– Noche de rabia por hambre –
Durante la noche, también en El Bosque unas 100 personas saquearon una distribuidora de gas. En el centro de la ciudad manifestantes quemaron un autobús y en otros sectores de clase media y trabajadora, que en el último mes han perdido empleos, se escucharon cacelorazos.
«Nosotros llevamos muchas semanas en cuarentena, desde antes que la decretara el presidente porque sabemos que no tenemos camas en nuestros hospitales del sur de Santiago», explicó este martes a radio Cooperativa Claudia Pizarro, alcaldesa de La Pintana, un sector popular del Gran Santiago.
«El hambre se está viendo desde hace varias semanas. Cada día la gente está organizando más ollas comunes (…) y la gente viene, no como antes que era un comedor, ahora vienen a buscar comida para llevarla a la casa», detalló Pizarro.
La alcaldesa reprochó al gobierno del presidente conservador, Sebastián Piñera, haber hecho «anuncios espectaculares», pero «todas las cosas están llegando a destiempo», dijo.
El domingo en la noche Piñera anunció en un mensaje al país que se distribuirían 2,5 canastas de alimentos a los más pobres, aunque no dio plazos ni precisó en qué lugares. Los alcaldes de los sectores más afectados no estaban enterados de ese plan.
En abril, Piñera anunció la entrega de un bono familiar de un monto equivalente a 317 dólares para unos 4,5 millones de los chilenos más vulnerables, que aún no se entregó. También desde el mes pasado se distribuye otro bono de 60 dólares para el 60% de las familias más pobres.