Lisboa (AFP) – Portugal reaccionó con virulencia el martes a la decisión del régimen de Caracas de suspender por tres meses las operaciones de su compañía aérea TAP en Venezuela, gesto considerado por Lisboa como «inadmisible» y «poco amistoso».
«Todo esto es inaceptable, incomprensible e inadmisible», declaró a los medios de comunicación el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, manifestando el «asombro» de las autoridades portuguesas ante los «ataques lanzados en primer lugar contra la TAP, pero también contra Portugal y sus responsables».
«Es un acto poco amistoso hacia Portugal, un país con equilibrio y capacidad para hablar con todos», destacó el ministro portugués de Asuntos Exteriores, Augusto Santos Silva.
El lunes, Caracas suspendió por 90 días las operaciones de la compañía aérea portuguesa TAP hacia Venezuela, afirmando que había permitido a un pariente del opositor Juan Guaido llevar explosivos a bordo de un avión.
Juan Márquez, tío del opositor Juan Guaido que viajaba con su sobrino de vuelta de una gira internacional en Estados Unidos y en Europa, fue detenido el pasado martes a su llegada a Venezuela.
Según el presidente de la Asamblea Constituyente venezolana Diosdado Cabello, considerado el número dos del régimen, Màrquez transportaba explosivos ocultos en diversos objetos.
Cabello acusó a la TAP de violar las «normas internacionales» al permitir a Márquez «llevar explosivos» y, además, ocultar la identidad de Juan Guaido, reconocido como presidente interino de Venezuela por casi sesenta países, entre ellos Portugal, en la lista de pasajeros.
«La TAP no comprende las razones de esta suspensión», reaccionó afirmando que se veía perjudicada por una medida que perjudicaba a sus pasajeros y lamentaba no haber tenido la oportunidad de defenderse.
La comunidad de emigrados portugueses en Venezuela representa entre 300.000 y 400.000 personas y la TAP es una de las pocas compañías extranjeras que mantiene sus operaciones en el país.
La mayoría de líneas empezaron a suspender sus vuelos en 2012 cuando el gobierno comenzó a retacear a las compañías los dólares a cambio de los bolivares que recibian por la obligación de vender pasajes internacionales en moneda venezolana.