Buenos Aires (AFP) – Estados Unidos decidió no imponer aranceles al acero y aluminio provenientes de Argentina, dejando sin efecto un anuncio realizado en diciembre por el presidente Donald Trump, informó este domingo el canciller argentino, Felipe Solá.
«Acabamos de haber sido dejados de lado, en el buen sentido, por una comunicación interna de la presidencia [de Estados Unidos] en relación a este tema. Ha salido la lista de los países que serían sancionados y no está la Argentina», dijo el ministro en entrevista con la local Radio 10.
El presidente Alberto Fernández reaccionó unas horas más tarde, declarándose complacido.
«Hemos visto con satisfacción la decisión. Estamos contentos», dijo en una entrevista con la televisora C5N.
El 2 de diciembre, ocho días antes de la asunción de Fernández, Trump anunció a través de una serie de tuits que gravaría al acero y al aluminio importados de Brasil y Argentina, alegando que la fuerte devaluación de las monedas de ambos países perjudicaba a los productores estadounidenses.
«Brasil y Argentina han devaluado fuertemente sus monedas, lo que no es bueno para nuestros agricultores», escribió entonces el mandatario. «Por lo tanto, con vigencia inmediata, restableceré las tarifas de todo el acero y aluminio que se envíe a Estados Unidos desde esos países», añadió.
«Les di una gran pausa en relación a los aranceles. (…) Es muy injusto para nuestros fabricantes y muy injusto para nuestros agricultores», declaró luego Trump a periodistas en la Casa Blanca.
La reversión de la medida, que aún no había llegado a aplicarse, es «una excelente noticia para Argentina», señaló Solá, tras asegurar que su imposición «significaba una enorme pérdida de puestos de trabajo».
El canciller destacó asimismo el papel que tuvo la embajada argentina en Washington para lograr la marcha atrás en la decisión. «Hay un mérito en haber defendido bien, con solidez» al país, aseguró.
Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de acero y aluminio argentinas, lo que representa un mercado de 700 millones de dólares, según datos oficiales.