Buenos Aires (AFP) – A punto de cumplirse cinco años de la muerte sin esclarecer del fiscal Alberto Nisman, quien acusó a Irán del atentado a la mutual judía AMIA en 1994, un documental pone al rojo vivo dudas sobre el caso y reaviva la «grieta» en la sociedad argentina.
La serie «El fiscal, la presidenta y el espía», filmada en 2017 por el documentalista británico Justin Webster y recién estrenada en la plataforma Netflix, aborda una complicadísima trama que cruza agentes de inteligencia, intereses geopolíticos, política vernácula y cuestionadas investigaciones judiciales.
«Es una montaña de basura para cubrir un escándalo y un escándalo para cubrir un crimen y otro crimen para cubrir otro crimen», sintetiza Luis Moreno Ocampo, exfiscal jefe de la Corte Penal Internacional, en el documental.
– El caso –
Cuatro días antes de ser hallado muerto de un disparo en la cabeza en su baño el 18 de enero de 2015, Nisman había denunciado a la entonces mandataria y hoy vicepresidenta Cristina Kirchner, por la firma en 2013 de un memorándum con Irán, que nunca se aplicó.
El fiscal acusó al gobierno argentino de intentar encubrir a exaltos funcionarios iraníes a los que él mismo había acusado de organizar el ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que causó 85 muertos y 300 heridos en 1994 en Buenos Aires.
Kirchner (2007-2015) y su canciller Héctor Timerman, fallecido de cáncer en 2019, insistieron en que trataban de desempantanar la causa AMIA, que llevaba más de 20 años sin avances.
Al día siguiente de ser hallado muerto, el fiscal iba a ampliar su denuncia en el Congreso.
Esa muerte fue determinante en la derrota electoral del kirchnerismo a fines de 2015 cuando asumió la presidencia Mauricio Macri, alineado con Estados Unidos e Israel, que impulsó la acusación a Irán.
La acusación de Nisman fue desechada en varias instancias judiciales pero finalmente la reabrió en 2016 el juez federal Claudio Bonadío, quien concentra una decena de causas contra la expresidenta.
Otro proceso por encubrimiento por el desvío de pruebas en la primera investigación culminó en 2019 con la condena a un exjuez, dos exfiscales y un jefe de inteligencia del expresidente Carlos Menem (1989-1999).
– «Me dan ganas de llorar»-
El documental refleja la irreconciliable división de aguas, incluso en el seno de la comunidad judía argentina, entre quienes sostienen la hipótesis del suicidio y los que aseguran que fue un homicidio.
«Nisman se suicidó. En el expediente está todo probado, este caso debería haberse cerrado hace tres años», dijo a la AFP Pablo Duggan, autor del libro «¿Quién mató a Nisman?», una investigación basada en la causa judicial.
La polémica por el documental se trasladó a las redes.
«Cinco minutos de la serie de Nisman y me dan ganas de llorar y de irme del país para siempre», escribió la argentina Lu Abelera en Twitter.
Otra joven tuitera, de nombre Rocío Guiñazú, afirmó: «¡Qué indignante es ver la serie de Nisman, es increíble toda la mierda y el desastre que hicieron!. Da tanta bronca vivir rodeados de tanta corrupción y egoísmo».
– ¿Suicidio? –
En mayo de 2016, con Macri en el gobierno, el caso Nisman cambió de rumbo al pasar del fuero común que investigaba una «muerte dudosa» al fuero federal, que presume un asesinato como «directa consecuencia de la denuncia» contra la expresidenta.
Quedaron procesados cuatro custodios de Nisman y su asesor informático Diego Lagomarsino, dueño de la pistola que mató al fiscal. Lagomarsino sostiene que Nisman le pidió prestada el arma porque temía por la vida de sus hijas.
La autopsia realizada por expertos del cuerpo médico forense y una pericia criminalística habían descartado la presencia de terceros. Pero dos años más tarde, otra de gendarmería consolidó la hipótesis del homicidio sostenida por la familia de Nisman y respaldada por la Asociación de Fiscales de Argentina.
Los testimonios del documental inclinan la balanza hacia un suicidio.
Pero el sociólogo Artemio López asegura que «nadie cambia su posición inicial luego de ver la serie. Las posiciones respecto a la muerte del fiscal están atravesadas por sensibilidades, valores y discursividades públicas (según si se) defiende o ataca a los gobiernos de Macri o Fernández».
El presidente Alberto Fernández, un profesor de derecho penal que en 2017, declaró recientemente que le «costaba creer» en el suicidio pero advertía la falta de pruebas sobre un asesinato.