Bogotá (AFP) – La Fiesta de Jesús del Gran Poder, una suerte de carnaval que reúne a unos 40.000 danzantes y 7.000 músicos en Bolivia, fue declarada este miércoles Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la Unesco.
Esta declaratoria «reafirma los criterios de salvaguarda y la importancia que tienen los rituales en la identidad de los pueblos», dijo la delegada de Bolivia tras el anuncio hecho en Bogotá, primera capital latinoamericana en acoger al comité especial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura que toma esta decisión.
También llamada Festividad del Señor del Gran Poder y conocida como la fiesta mayor de los Andes, tiene lugar el día de la celebración católica de la Santísima Trinidad y recorre unos cinco kilómetros en La Paz, desde temprano hasta pasada la medianoche. Inicialmente se celebraba en la ladera oeste de la ciudad, pero ahora llega hasta el centro administrativo de la capital boliviana.
El desfile es una expresión de la riqueza folclórica del país andino expresada en una amplia diversidad de danzas, donde destaca la morenada, que evoca el sufrimiento de los esclavos negros en las minas durante la época colonial.
También la diablada (escenificación de la lucha entre el bien y el mal), la kullaguada (recreación sobre los pastores del altiplano) o los tinkus (escenificación de un combate entre indígenas).
La imagen religiosa que preside la festividad data del siglo XVII y fue donada a la iglesia del barrio Gran Poder a principios del siglo XX.
– Desarrollo económico –
Este año, la festividad se celebró el 15 de junio y movió unos 120 millones de dólares.
La Fiesta del Gran Poder fue declarada Patrimonio Cultural de La Paz en 1994, recibiendo esos honores por el departamento que abarca la ciudad en 2002 y finalmente a nivel nacional en 2012.
En 2017, fue postulada ante la Unesco para ser declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
El secretario de Culturas del municipio de La Paz, Andrés Zaratti, declaró que la postulación buscaba mostrar al mundo cómo la cultura «genera desarrollo económico» y también «permite revalorizar y visibilizar nuestras manifestaciones folklóricas».
La Unesco recibe anualmente cientos de candidaturas de los 178 Estados que ratificaron la convención, pero acepta considerar poco menos de 50. Sus expertos presentan recomendaciones favorables o desfavorables a un comité integrado por 24 países, que toma la decisión final.
Si bien el ingreso en esta lista les da un sello distintivo, la declaratoria es sólo la parte más visible del proceso, cuyo objetivo final es la protección de la diversidad cultural frente a la creciente globalización.