México (AFP) – Miles de personas, la inmensa mayoría mujeres de todas las edades, protagonizaron este lunes en la Ciudad de México una marcha contra los altos índices de feminicidio, que por momentos se tornó violenta.
«México es un país feminicida», «No nací mujer para morir por serlo», eran algunas de las pancartas que se observaron en la marcha convocada con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia, que partió del monumento Ángel de la Independencia al Zócalo, la plaza principal del país.
Algunas de las mujeres con el rostro cubierto pintaron en monumentos de la avenida Reforma frases de protesta como «¿Cuántas tienen que morir?» y «Existo porque resisto». También destruyeron vidrios de paneles publicitarios y paradas del transporte público.
Madres y padres de víctimas de feminicidios encabezaron con velas en mano la marcha, flanqueada por cientos de policías mujeres de la Ciudad de México, que contuvieron por momentos a las manifestantes más radicales rociándolas con humo espeso.
Recientemente, el gobierno de la Ciudad de México decretó una alerta de género que tiene como objetivo implementar nuevas medidas para detener la violencia contra mujeres, después de varias protestas.
El movimiento ha sido bautizado como «revolución brillantina» después de que en una de esas protestas, las manifestantes rociaron de brillantina rosa al secretario de Seguridad de la Ciudad de México.
– «Esto no simplemente no para» –
Entre los manifestantes, las opiniones sobre la alerta de género para la capital contrastaban.
Portando la fotografía de su hija, Sol, asesinada y calcinada a los 22 años junto con su madre en su casa en 2018, Benjamín Vargas consideró que la alerta de género es «un avance», aunque considera que «falta más».
«Cada vez es peor la situación para las mujeres; esto simplemente no para», añadió con rabia contenida y voz entrecortada Benjamín, que dice que el crimen contra su familia fue cometido por un pretendiente de la joven y otras personas. Sólo hay un detenido por el caso.
Valeria Arévalo, una trabajadora del sector privado de 18 años, vive en el Estado de México, una de las zonas más peligrosas para las mujeres, difiere de Benjamín.
En el Estado de México, vecino de la capital mexicana, «ya llevamos cuatro años consecutivos con la alerta de género y no ha servido de nada; a las mujeres las siguen matando (…) el decreto es una técnica para apaciguarnos», comentó frunciendo el ceño esta joven delgada de largo cabello negro.
La alerta de género se ha decretado en 19 de los 32 estados mexicanos desde 2007.
Hubo también manifestaciones en varias ciudades del país, como Tlaxcala, considerada la capital de México de la trata de mujeres con fines de explotación sexual.
En México, donde se acuño el término femenicidio, 726 asesinatos de mujeres perpetrados de enero a septiembre de este año son investigados como probables feminicidios, y en el mismo periodo se han presentado más de 50.000 denuncias por lesiones dolosas.
Cerca de 15 países latinoamericanos, muy por adelante de Europa, reconocen la calificación legal de feminicidio.
Pero en México esto no ha detenido los asesinatos contra mujeres.
Según cifras oficiales, la ola feminicida en México arroja 10 asesinatos de mujeres por día, y muchos de ellos permanecen impunes, como los cometidos desde la década de 1990 en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos.