Ciudad Victoria (México) (AFP) – Cientos de migrantes centroamericanos bloquearon la madrugada de este jueves el puente entre la fronteriza ciudad mexicana de Matamoros y Brownsville, Texas, para exigir que las autoridades estadounidenses agilicen los trámites de asilo.
El alcalde de Matamoros, Mario Alberto López Hernández, dijo a la AFP que tras llegar a acuerdos con los migrantes el puente fue reabierto después de más de nueve horas de bloqueo.
«Hemos llegado a buenos términos con los migrantes, también pudimos dialogar con las autoridades de Brownsville, Texas, llegamos a buenos términos, ya se desalojó el puente», dijo.
Un cierre que afectó a una ciudad
López dijo que el cierre «afectó a la ciudad, porque es un puente que se utiliza para el comercio cotidiano. Básicamente la gente que intentaba cruzar para alguno de los dos lados se vio afectada».
Las autoridades estadounidenses confirmaron el cierre en el puente y señalaron que detrás de esa acción estuvo un grupo de entre 250 y 300 migrantes.
Por su parte, el gubernamental Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano dijo que existen acuerdos con migrantes en Matamoros que les permiten tener documentación para vivir y trabajar en México.
«Ya se les otorgó una estancia legal a todos, ya se les otorgó una CURP (documento de identificación) y ellos pueden integrarse a la vida del país, del estado, de la ciudad, hay muchos extranjeros que están trabajando en estos momentos y se les está invitando a ellos en este sentido», dijo Segismundo Martínez, representante del INM en el estado.
Escalada del flujo migratorio
Desde octubre pasado, los flujos migratorios que cruzan territorio mexicano para entrar ilegalmente a Estados Unidos han experimentado una escalada que ha tensado las relaciones entre México y Estados Unidos.
En junio, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con imponer aranceles a México si el gobierno no frenaba el paso de indocumentados, principalmente guatemaltecos, hondureños y salvadoreños.
En respuesta, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador desplegó a unos 21.000 soldados, 6.000 en su frontera sur -por donde acceden la gran mayoría de indocumentados- y unos 15.000 en el norte, donde México comparte 3.200 km de frontera con Estados Unidos.
A inicios de septiembre, el gobierno mexicano dijo que ha reducido a la mitad el flujo migratorio tras la amenaza de Trump.
El gobierno estadounidense por su parte dijo el martes que el número de migrantes detenidos en la frontera en México cayó por cuarta vez consecutiva en septiembre, a poco más de 52.000, la cifra mensual más baja en un año.