París (AFP) – La expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tachó este miércoles de «absurda» la idea planteada por el mandatario francés, Emmanuel Macron, de conceder un estatuto internacional a la Amazonía, presa de incendios.
«Es una propuesta absurda», dijo Rousseff, en referencia a la posibilidad evocada en agosto por Macron de conceder a la Amazonía un «estatuto internacional» en caso de que «un estado soberano tomase de manera concreta medidas claramente contrarias al interés de todo el planeta».
Para la exmandataria, destituida en 2016 acusada de haber maquillado cuentas públicas, esta idea favorece al actual presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
«Cuando [Emmanuel] Macron habla de intervenir en la Amazonía, crea un gran apoyo para Bolsonaro, porque nadie en Brasil piensa que ésta sería una buena idea», aseguró Rousseff.
La heredera de Luiz Inácio Lula da Silva hizo estas declaraciones en un discurso pronunciado frente a un auditorio abarrotado en el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas, de París, sobre «La crisis sistémica mundial y las perspectivas democráticas».
«Brasil sin la Amazonía, sin sus indígenas, no es Brasil, puede ser otra cosa, pero no es Brasil», sostuvo la exmandataria.
«Hay 20 millones de habitantes en la Amazonía, no es un desierto», señaló la exmandataria, y añadió que la Guayana francesa, un territorio francés de ultramar que cuenta con territorio amazónico, «tiene también problemas», sobre todo de explotación minera.
Dilma Rousseff llamó a la creación de un «frente democrático» para rechazar la explotación que amenaza zonas de protección ambiental y tierras indígenas. «Bolsonaro quiere que la Amazonía sea abierta a la explotación absurda», denunció.
«Cuando rechaza dinero internacional, demuestra que no quiere protegerla», agregó, en referencia al dinero prometido por los países del G7 para combatir los incendios que devoran la mayor selva tropical del planeta.
También desaprobó los comentarios de Jair Bolsonaro sobre el físico de la primera dama francesa, Brigitte Macron, y de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet.
«Lo que pasa es que Bolsonaro no tiene el chip de la moderación», dijo la primera mujer elegida presidenta de Brasil en 2010, y tachó al gobierno actual de «reaccionario» en término de valores, de política de identidad, de derechos de las mujeres y de la comunidad LGBT.