La Paz (AFP) – El incendio en la Amazonía boliviana, que arrasó hasta ahora 2 millones de hectáreas de bosques y pastizales, cumple más de siete semanas causando estragos en la flora y fauna única de estos parajes, mientras el gobierno del presidente Evo Morales intenta combatir el siniestro.
El departamento oriental de Santa Cruz, epicentro de la economía agropecuaria boliviana, es el más castigado por el fuego forestal. La gobernación local declaró «alerta roja» la primera semana de agosto ante un inusual incremento de focos de fuego por la quema de pastizales para la siembra.
La quema de campos de cultivo, que en Bolivia recibe el nombre de «chaqueo», es una práctica que según algunos expertos se realiza desde la época de la colonia, con la creencia de que la ceniza mejora la calidad de la tierra. Se hace con el fin de limpiar terrenos para la siembra y recuperar pastizales para el alimento del ganado.
Los ambientalistas culpan a normas promulgadas bajo el gobierno del izquierdista Evo Morales de incentivar la quema de bosques y pastizales para ampliar la frontera agrícola, pero el oficialismo atribuye estos incendios al clima seco, a los vientos y a personas que actúan de manera intencionada.
La ONG Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) indicó el martes que «la superficie quemada en el departamento de Santa Cruz asciende a 2 millones de hectáreas», y a nivel nacional «son 2,9 millones de hectáreas», sumando además al departamento amazónico de Beni (noreste).
La FAN asegura que tiene información precisa al respecto a partir de imágenes satelitales, mientras el gobierno sólo ha informado sobre la región de Santa Cruz.
Los efectos sobre la fauna también son alarmantes. Mientras la ambientalista Eliana Torrico dijo el mes pasado a la AFP que están en riesgo 35 especies de fauna y 55 de plantas, ambas endémicas, el director de la FAN Pablo Solón señaló que es probable que «millones» de animales invertebrados hayan muerto.
El subgobernador de la región de San Matías, en Santa Cruz, Erlan Matías Gil, divulgó a medios locales imágenes de cientos de peces muertos en lagunas. «Es muy triste esto, están muriendo por la falta de oxígeno, la contaminación del agua, producto del desastre», deploró.
– Lucha por tierra y aire –
El gobierno se está sirviendo de aviones y helicópteros cisterna para bombardear con agua las zonas afectadas.
En la penúltima semana de agosto llegó un avión TuperTanker Boeing 747 y esta semana se sumó un avión ruso Ilyushin, los más grandes existentes en materia de combate al fuego, según las autoridades.
También se cuenta con varios helicópteros, como un Chinook y dos Sikorsky, además de otras naves bolivianas.
El canciller Diego Pary dijo recientemente que ya se gastó un presupuesto de 11 millones de dólares de fondos públicos y que se mantiene la coordinación para canalizar la asistencia internacional.
Cerca de 5.000 bomberos, policías y militares combaten por tierra las llamas, con la colaboración de 38 bomberos franceses y 200 de Argentina.
– Incendio de sexta generación –
Una comisión de expertos enviada por Estados Unidos señaló que los incendios en Bolivia son de «sexta generación», según reveló el diario El Deber.
Una característica de ese tipo de incendios es que el fuego supera una velocidad de 4.000 hectáreas por hora.
Fotos de este grupo de expertos mostraron columnas de humo y vapor que se elevan hasta 4.000 metros en la zona de Roboré, en Santa Cruz.
El comandante de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, alertó que las condiciones climáticas son adversas, con temperaturas de unos 30 °C y vientos que avivan las llamas de más de 30 km por hora.