Washington (AFP) – Estados Unidos y México revisarán este martes en Washington los compromisos acordados hace tres meses para frenar el flujo de indocumentados al norte, que permitió disipar la amenaza arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump.
El vicepresidente Mike Pence recibirá en la Casa Blanca a una comitiva encabezada por el canciller mexicano Marcelo Ebrard, en una reunión en la que también participará el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.
«La reunión en la Casa Blanca será a las 14H30 (18H30 GMT). Tema para Estados Unidos: migración. Tema para México: congelar tráfico ilícito de armas a nuestro país», tuiteó Ebrard antes de la cita.
Ebrard, que este martes visitó la misión mexicana en la Organización de Estados Americanos (OEA) «para felicitarles por la aprobación unánime de la declaración que califica como ataque terrorista la masacre de El Paso», Texas -que dejó 22 muertos, entre ellos ocho mexicanos-, dijo que planteará la necesidad de que Estados Unidos combata el tráfico de armas hacia México.
La reunión con Pence en la Casa Blanca es la segunda revisión del acuerdo alcanzado en junio entre los gobiernos de Trump y de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para reducir la migración irregular al norte, en su mayoría de familias de Centroamérica que huyen de la pobreza y la violencia.
«Hace 90 días, México acordó intensificar sus esfuerzos para detener la inmigración ilegal a Estados Unidos. Esperamos reunirnos (este martes) con funcionarios del gobierno mexicano para hablar sobre sus esfuerzos recientes y discutir formas en que podemos continuar para hacer más segura la frontera. ¡Todavía hay más trabajo por hacer!», tuiteó Pence el lunes.
A finales de julio, al cumplirse los primeros 45 días, Pompeo agradeció en Ciudad de México a Ebrard los «avances», pero también dijo que «todavía queda mucho por hacer».
– «Acuerdos de cooperación» –
Trump, que busca la reelección en 2020 y ha hecho de la lucha contra la inmigración ilegal una bandera de su gobierno y de sus campañas proselitistas, ha elogiado una y otra vez el «gran trabajo» de México.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) dijo el lunes que 64.000 personas fueron detenidas o consideradas inadmisibles en la frontera sur en agosto, un 56% menos que las más de 144.000 de mayo, cuando se registró un pico en 13 años que llevó a Trump a amagar con gravar todas las importaciones mexicanas si AMLO no actuaba.
«El gobierno de México ha tomado medidas significativas y sin precedentes para ayudar a frenar el flujo de inmigración ilegal a nuestra frontera», dijo el jefe de la CBP, Mark Morgan, al destacar el despliegue de 15.000 tropas mexicanas en la frontera con Estados Unidos y de 10.000 en el límite con Guatemala.
Pero «necesitamos que México haga más», agregó.
Morgan dijo que Estados Unidos sigue «absolutamente» interesado en concretar un «acuerdo de tercer país seguro» con México, y también con otros países de la región, como el que dijo haber finalizado con Guatemala, aunque insistió en no usar ese «coloquialismo» para nombrarlos, sino llamarlos «acuerdos de cooperación».
«Si alguien huye de su país porque siente que está siendo perseguido por una lista de razones legítimas, realmente le conviene solicitar asilo en el primer país que ingresa», sostuvo Morgan. «Ese es muestro plan».
– «No lo aceptaremos» –
Pero el gobierno de AMLO se ha opuesto tajantemente a un pacto así, por el cual Estados Unidos podría devolver a México a los solicitantes de asilo que no hubieran pedido refugio antes en territorio mexicano.
«No lo aceptaremos», tuiteó Ebrard tras las declaraciones de Morgan.
«Reitero frente a las presiones: México no es ni aceptará ser tercer país seguro, tenemos mandato en ese sentido del presidente de la República y es consenso en el Senado de todas las fuerzas políticas», añadió.
El compromiso entre Washington y México alcanzado el 7 de junio incluye una declaración conjunta hecha pública ese mismo día, y un documento de carácter político, titulado «acuerdo suplementario», conocido una semana después.
El texto adicional, publicado por el gobierno de AMLO el 14 de junio luego de que Trump se jactara de que existía un «acuerdo secreto», parece buscar que México se convierta en un tercer país seguro.
Sin embargo, la cancillería mexicana negó que este documento fuera un «acuerdo bilateral vinculante».
México no sólo desplegó efectivos en sus fronteras, sino que amplió su política de aceptar que los migrantes que piden asilo en Estados Unidos esperen en territorio mexicano mientras sus casos son procesados, conocida como Protocolo de Protección del Migrante (PPM).
Ebrard desestimó el viernes que la amenaza de aranceles siga en firme tras la disminución de las detenciones. Y urgió a Estados Unidos a respaldar la estrategia mexicana de combatir la migración irregular con desarrollo económico en Centroamérica.