Montevideo (AFP) – Fronteras porosas, falta de personal de control y poca experiencia: tras incautaciones récord de cocaína proveniente de Uruguay en Europa, la última por más de 1.000 millones de dólares, expertos y aduaneros afirman que las condiciones están dadas para que el país sudamericano sea una vía de tránsito de droga.
«Venimos advirtiendo que cada vez hay menos controles porque se desmantelan los controles aduaneros, la plantilla (de funcionarios) no se renueva, y se contrata gente que está en un escritorio (…) y no trabaja en la cancha, en el campo, donde hay que trabajar», denunció este viernes el secretario general del sindicato de aduaneros uruguayos, Basilio Pintos, en entrevista con radio Sarandí.
Las denuncias de sindicatos de aduaneros sobre vulnerabilidades se multiplicaron tras dos gigantescos decomisos de cocaína en Europa.
El viernes la aduana de Alemania anunció una incautación récord para el país de 4,5 toneladas de cocaína por un valor de 1.100 millones de dólares en un contenedor procedente de Uruguay en el puerto de Hamburgo. El contenedor con soja llevaba la droga escondida en bolsos deportivos y tenía por destino final Amberes, en Bélgica.
A mediados de mayo las autoridades francesas confiscaron más de 600 kg de cocaína de extrema pureza en un jet privado proveniente del país sudamericano que aterrizó en suelo francés. Hubo varios arrestos en destino. La Justicia uruguaya investiga el caso.
– Punto de embarque –
Según el sitio independiente de análisis de criminalidad Insight Crime, estos decomisos, que se suman a una serie de cargamentos de importante volumen incautados en el último año provenientes de Uruguay o en suelo uruguayo, «revelan que los traficantes podrían estar usando cada vez más al país del Cono Sur como un punto de embarque mayor para drogas destinadas a Europa«.
«Vemos esto como la continuación de una diversificación de mercados finales en Europa y de las áreas de tránsito en América del Sur. Uruguay era, en cierto modo, la última frontera (…) pero era inevitable» que se convirtiera en país de tránsito, explicó a la AFP en Washington Steven Dudley, codirector de Insight Crime.
El jueves, antes de conocerse la llegada de cocaína desde Uruguay a Alemania, el director nacional de Aduanas, Enrique Canon, defendió en rueda de prensa el accionar de su repartición en el caso del jet detenido en Francia.
En medio de idas y vueltas sobre responsabilidades y competencias de aduaneros y funcionarios policiales de control, los sindicatos de aduanas, duramente enfrentados con su director, insisten en que «se desmanteló una parte de la vigilancia aduanera».
En los puertos, los controles de los contenedores son, como en muchos países, aleatorios. Un semáforo con luces rojas, naranjas y verdes determina un control total incluida la documentación y apertura del contenedor, control de papeleo o salida directa.
Según el líder del sindicato, en Uruguay apenas 4 a 5% de los contenedores van por el canal rojo.
La AFP se comunicó con Interpol en Montevideo para obtener información sobre el funcionamiento de estas operaciones de incautación, pero el organismo declinó formular comentarios.
– País de tránsito y «frágil» –
El especialista en seguridad Robert Parrado, un comisario mayor retirado y licenciado en Seguridad Pública, dijo de su lado a la AFP que el país tiene «fronteras porosas y muy frágiles en materia de controles, sin alta especialización» del personal a cargo en narcotráfico.
«Somos un país de tránsito» y se necesita saber cuáles son los lugares de «acopio» y «cómo transita (la droga) por las rutas nacionales», señaló este experto, que asesora a uno de los aspirantes a la Presidencia que mayor espacio da en su campaña a la seguridad pública, el empresario Edgardo Novick.
Según Parrado la «inteligencia operacional criminal» detecta las «debilidades en las estructuras de control».
Uruguay es un país «frágil para el egreso y frágil para el ingreso» de drogas, sostuvo Parrado, para quien los volúmenes incautados recientemente son «la punta de un iceberg» en un contexto local en el que «está faltando coordinación» de los estamentos involucrados en el combate al tráfico ilícito de estupefacientes.
El narcotráfico volvió a figurar en las primeras planas de los diarios uruguayos en junio pasado, con la sonada fuga de la Cárcel Central de Montevideo del capo narcotraficante italiano Rocco Morabito, que desde entonces sigue prófugo.
Según Insight Crime, la demanda de cocaína en Europa «está creciendo», con precios más altos que en Estados Unidos, por lo que «los traficantes probablemente buscarán vías para utilizar cada vez más a Uruguay como plataforma para alimentar los envíos» al viejo continente.