México (AFP) – El gobierno de México consideró este jueves que «grupos de interés» sospechosos de corrupción y hasta un expresidente estarían detrás de las protestas de policías federales que rechazan ser transferidos a la nueva Guardia Nacional, una iniciativa clave del mandatario Andrés Manuel López Obrador.
El ministro de Seguridad, Alfonso Durazo, afirmó que la incertidumbre y la falta de información entre los agentes acerca de sus empleos y beneficios laborales, de cara a su transición de la Policía Federal a la Guardia Nacional, está siendo aprovechada por opositores políticos.
«Dicho escenario ha sido aprovechado por críticos sistemáticos del gobierno, también por grupos de interés ligados a la corrupción que estuvo incrustada estructuralmente en la policía federal», afirmó Durazo en conferencia de prensa.
El propio López Obrador se refirió a una «mano negra» detrás del movimiento, cuyos dirigentes, dijo, «no trabajan en la Policía Federal» y «pertenecen a organizaciones de otro tipo».
Durazo indicó que esos líderes están ligados a grupos «que han usufructuado contratos millonarios» en compras de insumos y tecnología para la institución en gobiernos anteriores.
Afirmó que «no es casual» que uno de los dirigentes visibles de la protesta solicitara que el expresidente conservador Felipe Calderón (2006-2012), duro opositor al gobierno de López Obrador, sea el representante sindical de los uniformados.
Y criticó que aquellos que «se rasgan las vestiduras como defensores de la policía federal» fueron los mismos que «hace 12 años» acusaron a la institución de debilidad e ineficiencia, justificando con ello la militarización de la lucha contra el crimen organizado.
Esa fue una alusión directa a Calderón, quien a finales de 2006 inició una polémica ofensiva militar contra las mafias del narcotráfico que según expertos y activistas es la principal causa de una escalada de asesinatos y violaciones a derechos humanos en México.
Desde entonces, unas 250.000 personas han sido asesinadas, según cifras oficiales que no precisan cuántos de estos crímenes están vinculados al crimen organizado.
«Es evidente el activismo de algunos políticos pretendiendo sacar raja (provecho) de este tránsito de la Policía Federal a la Guardia Nacional», agregó Durazo.
Calderón rechazó las acusaciones. La protesta «tiene causas de fondo (laborales) y forma. Rechazo la cobarde insinuación de estar atrás de ella. Si tienen pruebas, exhíbanlas, si no, retráctense. Mi gratitud y admiración a soldados, marinos y policías», tuteó.
El comisario general Raúl Ávila, de la Policía Federal, dijo que las negociaciones continuarán hasta que las partes lleguen a un acuerdo. «A nadie bajo ningún concepto se le obligará a incorporarse a la Guardia Nacional si no es su decisión», aseguró.
Pese a que los policías inconformes habían anunciado su intención de bloquear las principales vías de acceso a la capital mexicana, acordaron liberarlas en tanto transcurren las negociaciones con el gobierno.
Las protestas comenzaron la madrugada del miércoles en el centro de mando de la capital, donde se congregaron cientos de policías. López Obrador ha dicho que respeta su derecho a protestar pero que «no es una causa justa» pues no se está despidiendo a policías.