Buenos Aires (AFP) – Víctimas de abuso sexual a manos de sacerdotes llevaron este domingo su reclamo de tolerancia cero para estos crímenes a las puertas de la catedral de Buenos Aires, donde hasta 2013 ofició como arzobispo Jorge Bergoglio, actual papa Francisco.
«A más de seis años de inicio del papado de Francisco no vemos cambios. Por eso el reclamo, la urgencia de la tolerancia cero a nivel mundial es imperiosa», dijo a la AFP Sebastián Cuattromo de la ONG Adultos por los Derechos de la Infancia, de la que es su fundador.
Cuattromo fue abusado a los 13 años por un sacerdote del colegio Marianista de Buenos Aires adonde cursaba el último año de la primaria. Veinte años después, en 2012, logró que la justicia condenara a su abusador a 12 años de cárcel.
«Hay una deuda clamorosa de la Iglesia Católica y de sus máximas jerarquías con las víctimas del crimen de abuso sexual y con la infancia del presente y del futuro», señaló Cuattromo.
Bajo una lluvia torrencial, una veintena de manifestantes repartió folletos con sus consignas a quienes ingresaban y salían de la catedral poco después de la misa dominical, celebrada con la iglesia vallada por la policía y bajo un operativo de seguridad.
El compromiso público lanzado por el papa Francisco de tolerancia cero para los abusadores dentro de la Iglesia católica, contrasta con los datos sobre lo que ocurre en Argentina recabados por las ONG que representan a víctimas.
Según la ONG Bishop Accountability (responsabilidad de obispos), casi un centenar de curas y monjas son objeto de denuncias por abusos y pederastía en Argentina y apenas cinco fueron separados de la Iglesia.
Cuattromo recordó que la Iglesia católica argentina intentó de silenciar su caso cuando en 2002 acudió a denunciarlo ante Bergoglio, quien sin recibirlo delegó su tratamiento en Mario Poli, actual arzobispo de Buenos Aires.
«La sensación que a mi me quedó en nombre de la jerarquía que encabezaba Bergoglio era de una profunda subestimación de la gravedad del delito y de la injusticia de la que estábamos hablando», indicó.
En contraste, destacó que la difusión de los casos de abusos ha sensibilizado a la sociedad en su conjunto y forzado a la Iglesia a asumir su responsabilidad.
«Son nuestras luchas, el avance en la opinión publica mundial y la solidaridad de nuestra sociedad las que van generando contexto para que las máximas jerarquías católicas sientan que no tienen otro margen que salir a tratar de dar cuenta públicamente de esta situación», expresó.
La de este domingo es la segunda manifestación que realizan esta semana víctimas en Buenos Aires en reclamo de acciones urgentes a la Iglesia católica.
El jueves último también manifestaron a las puertas de un hogar sacerdotal en Flores, el barrio natal del papa Francisco en Buenos Aires, donde se alojó un cura denunciado por abuso.