Tegucigalpa (AFP) – Cerca de 4.000 maestros, estudiantes y empleados de hospitales públicos hondureños retomaron este martes protestas que la víspera causaron destrozos en el centro de Tegucigalpa, pese a que el presidente del Congreso prometió desistir de las reformas que desataron el movimiento.
Los manifestantes marcharon hasta las sedes del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos y la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (OACNUDH) coreando «fuera JOH», siglas del presidente Juan Orlando Hernández.
Dirigentes del movimiento dijeron que buscaban el apoyo de ambos organismos para defender el derecho a los servicios de salud y educación después de que el Congreso aprobara reformas que, según los manifestantes, llevarán a la privatización de esos dos sectores.
El presidente del Congreso, Mauricio Oliva, aseguró en rueda de prensa que tales reformas fueron retiradas «sin posibilidad de volverlas a aprobar».
Sin embargo, la protestas continuaron en diferentes zonas del país con manifestaciones y bloqueos de carreteras.
«No creemos en palabras, las palabras se las lleva el viento», dijo durante la caminata la presidenta del Colegio Médico Hondureño (CMH), Suyapa Figueroa.
En la capital, manifestantes bloquearon las salidas hacia el sur y el este del país, mientras la policía reportaba saqueos de negocios en algunos barrios como el Pedregal, en el sur de la ciudad.
Figueroa afirmó que los incendios en cuatro edificios ocurridos el lunes, durante violentos enfrentamientos con piedras y bombas lacrimógenas entre manifestantes y policías, fueron causados por «infiltrados» de los agentes del orden.
El Ministerio de Seguridad rechazó a través de un comunicado que agentes policiales hayan herido a un manifestante que fue atendido en un hospital por un balazo en el pecho.
En redes sociales circularon videos de un hombre sin uniforme disparando junto a agentes policiales, tras lo cual aparece el manifestante ensangrentado.
En un comunicado la OACNUDH y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lamentaron los incidentes y llamaron a los manifestantes a protestar «de manera pacífica».