Caracas (AFP) – El opositor Juan Guaidó prometió este miércoles intensificar la presión en las calles para sacar del poder al presidente Nicolás Maduro, tras ser despojado de su inmunidad parlamentaria y quedar bajo amenaza de arresto por haberse proclamado mandatario interino.
«Eso no nos va a detener en el camino y por eso el 6 de abril vamos (…) a dar una gran demostración de organización, movilización y avance al cese definitivo de la usurpación», dijo Guaidó a periodistas, refiriéndose a manifestaciones convocadas para ese día.
La oficialista Asamblea Constituyente, que rige el país con poder absoluto, le quitó el fuero el martes, pero el jefe del Parlamento de mayoría opositora desconoce la decisión alegando que ese órgano es ilegítimo.
Aunque no existe orden de detención, Guaidó no descarta que pueda terminar preso, una posibilidad que espera enfrentar, además, con el apoyo de los más de 50 países -encabezados por Estados Unidos- que lo reconocen como presidente encargado.
«El camino de la transición empezó», sostuvo el diputado, quien este miércoles canceló a última hora un acto en la barriada caraqueña de Petare por «razones de agenda», según su equipo.
Para Cecilia Sosa, expresidenta de la Corte Suprema de Justicia, «cualquier cosa puede suceder, pues los hechos ocurridos no tienen explicación jurídica, sino política».
El proceso contra Guaidó continuará en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) por tratarse de un caso político, pero la Fiscalía podría presentar cargos por delitos ordinarios, comentó Sosa a la AFP.
El oficialismo tiene influencia en ambos órganos.
Empeñado en quebrar el principal sostén de Maduro, los militares, el diputado les lanzó un desafío: «Quiero saber quién de las Fuerzas Armadas o de los cuerpos de seguridad se va a prestar para secuestrar al presidente de la República».
«Démosle el tiempo necesario a la justicia, para que la justicia actúe, nadie debe desesperarse», afirmó Diosdado Cabello, presidente de la todopoderosa Constituyente, durante su programa de televisión este miércoles.
– Más protestas –
Guaidó, de 35 años, fue detenido durante una hora el pasado 13 de enero, lo que Maduro atribuyó a una acción independiente de agentes de inteligencia que fueron sancionados.
Se autoproclamó presidente encargado el 23 de enero, luego de que el Parlamento declarara a Maduro «usurpador» por haber iniciado un segundo mandato, el 10 de ese mes, que asegura resultó de elecciones fraudulentas.
Ampliamente popular, el legislador ya había convocado para el próximo sábado a un ensayo de su llamada «operación libertad».
Como es costumbre, el chavismo convocó a una contramarcha. «Vamos a llenar las calles de Caracas de punta a punta», prometió Cabello.
De momento Guaidó solo ha adelantado que la «operación libertad» prevé una movilización hacia el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, para asumir su control en fecha no establecida.
Esa marcha promete caldear aún más los ánimos, en momentos en que millones de personas padecen los rigores de masivos apagones desde inicios de marzo y escasez de agua.
La corte suprema abrió el 29 de enero una investigación contra Guaidó por presuntamente usurpar las funciones de Maduro, quien además lo acusa de planear un atentado en su contra.
Entonces, le prohibió salir del país, medida que el legislador ignoró en febrero al hacer una pequeña gira latinoamericana. El TSJ alegó esa violación para pedir el retiro de la inmunidad.
– Detenerlo o desgastarlo –
La Constitución establece que el TSJ es la «única autoridad que podrá ordenar, previa autorización de la Asamblea Nacional (Parlamento)», la detención y continuar el enjuiciamiento de los diputados.
Pero la máxima corte declaró al Parlamento en desacato en 2016 y considera nulas sus decisiones. En la práctica, la Constituyente asumió las funciones del Legislativo, por lo que fue a ese órgano que el TSJ pidió el lunes quitarle el fuero a Guaidó.
El cerco en su contra incluye la reciente inhabilitación que le impuso la Contraloría para ejercer cargos públicos durante 15 años, y que también desconoció.
«Lo pueden detener o seguir jugando al gato y al ratón para desgastarlo», comentó Sosa.
Emilia Rodríguez, desempleada de 51 años, asegura haber depositado su confianza en Guaidó y en caso que sea detenido se «sentiría decepcionada».
En contraste, Larry Moreno, partidario chavista, cree que debe ser encarcelado, pues, a su juicio, «ha violado la Constitución». «De lo contrario, me sentiría frustrado», apuntó el hombre de 65 años.
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Venezuela está hundida en la peor crisis socioeconómica de su historia moderna, con escasez de alimentos y medicinas e hiperinflación, lo que según la ONU ha provocado el éxodo de unos 2,7 millones de personas desde 2015.
Guaidó no ha descartado pedir al Parlamento que autorice el ingreso de una misión militar extranjera; Estados Unidos, su más ferviente aliado, tampoco excluye una acción armada.
«¿Qué más vamos a esperar, que el régimen meta preso al presidente Guaidó?», cuestionó la dirigente María Corina Machado, al pedir este miércoles la activación de un artículo que autoriza dichas incursiones.