Managua (AFP) – Al menos cuatro heridos y 10 detenidos dejó este sábado una protesta en Nicaragua que demandaba la liberación de los opositores presos, un día después de que el gobierno de Daniel Ortega se comprometiera a respetar el derecho ciudadano a la manifestación.
Hay «cuatro heridos, uno de ellos es del grupo de choque» del gobierno y 10 opositores detenidos, informó la portavoz de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Silvia Gutiérrez.
Los heridos se registraron en el céntrico centro comercial de Metrocentro de Managua, donde más de 150 manifestantes se concentraron para salir a marchar sobre una avenida adyacente.
En ese momento, cientos de antimotines armados que custodiaban la zona obligaron a los manifestantes a retroceder, en medio de forcejeos en los que resultaron detenidas tres personas.
Otras siete detenciones fueron registradas en la capital y en la occidental ciudad de León, según UNAB.
En Managua, un hombre que se encontraba dentro del centro comercial comenzó a disparar contra los manifestantes, hiriendo a tres personas, indicaron los opositores. Un periodista de video de AFP observó que las víctimas tenían heridas en la espalda, el pie y el brazo.
Tras los disparos, la gente persiguió, atrapó y golpeó al atacante hasta que cayó al piso.
En un video que circula en las redes sociales, se observa que uno de los manifestantes encuentra en el bolsillo del atacante una cédula de identidad con el nombre de German Dávila y un carnet que lo vincula supuestamente al partido de gobierno.
– Versión policial –
La policía, por su parte, acusó en un comunicado a los manifestantes de alterar el orden público y linchar a Dávila, quien fue trasladado en estado delicado al hospital.
Informó que «al momento de producirse la agresión, ocurrieron disparos con arma de fuego, resultando lesionadas tres personas», según la versión policial.
En un segundo comunicado, emitido horas después, la institución reconoció haber detenido unas horas a siete personas. Ya «fueron puestas en libertad y trasladadas a sus viviendas», aseguró la policía.
En tanto, el privado Canal 10 de Televisión informó que la policía agredió a dos periodistas de ese medio que se encontraban en el lugar cubriendo la protesta.
«Es indignante que otra vez hoy en Nicaragua, policías y civiles violentos agredan, apresen e hieran a civiles que se manifiestan pacíficamente», repudió el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez en Twitter.
– Diálogo en peligro –
La UNAB, que agrupa a varios movimientos de oposición, había convocado la tarde de este sábado a una «sentada nacional», una forma de protesta en la que varios opositores se reúnen en un punto a cantar el himno y demandar la liberación de los detenidos por participar en las protestas.
El intento de los opositores de volver a las calles fue reprimido un día después de que el gobierno de Ortega firmara en la mesa de diálogo con la oposición un acuerdo en el cual se compromete a restituir varias libertades públicas, entre ellas el derecho a la protesta.
Estos derechos están contemplados en la constitución, pero habían sido restringidos por la policía el año pasado para contener las manifestaciones que estallaron en abril contra el gobierno.
El acuerdo fue alcanzado en el diálogo que el gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) llevan a cabo desde el 27 de febrero para buscar una solución a la crisis del país y que está previsto que concluya el 3 de abril, si logran completar la agenda de discusión.
«La Policía del régimen de Ortega violó el acuerdo suscrito» el viernes y «ha puesto nuevamente en peligro el desarrollo de la Mesa de Negociación y la búsqueda de salidas pacíficas» al conflicto, condenó ACJD, que representa a la oposición en el diálogo.
«Condenamos esta nueva represión y el riesgo que el régimen impone a una solución pacífica y democrática ante la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde abril de 2018», señaló la Alianza.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exhortó en Twitter al gobierno sandinista a «respetar el derecho a la protesta de los nicaragüenses».
La situación en Nicaragua se deterioró tras las manifestaciones antigubernamentales que estallron en abril pasado, que dejaron al menos 325 muertos, cientos de detenidos y más de 50.000 exiliados.
La crisis obligó al gobierno y a la oposición a volver a le mesa de diálogo en la que aún tienen pendiente analizar un paquete de reformas electorales y mejoras al sistema democrático.
Según la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), la crisis provocó la pérdida de más de 400.000 empleos y la fuga de más de 1.300 millones de dólares del sistema financiero hasta noviembre pasado.
A la crítica situación se suma la caída de millonaria cooperación venezolana y la aprobación en diciembre en Estados Unidos de la ley Nica-Act, que restringe el acceso al gobierno de Managua de créditos multilaterales con los que financiaba parte de su presupuesto.