Chinandega (Nicaragua) (AFP) – Con deformaciones o tumores en diferentes partes del cuerpo, más de mil nicaragüenses que fueron expuestos al pesticida Nemagón en las plantaciones bananeras donde trabajaron, depositan su esperanza en la justicia francesa para obtener una indemnización.
Las enfermedades de muchos de ellos empeoraron esperando justicia, mientras que otros murieron y heredaron la batalla legal a sus sucesores.
Nemagón es un pesticida que tres empresas estadounidenses produjeron y que fue utilizado en plantaciones de banana en el occidente de Nicaragua en los años 70 y 80, pese a que su uso había sido prohibido en Estados Unidos.
Luego de agotar las instancias judiciales nacionales y de que la justicia estadounidense rechazara el caso, los afectados encontraron una esperanza en los tribunales franceses.
Sin rendirse, los empobrecidos agricultores que sobreviven viajaron desde sus comunidades hasta la ciudad de Chinandega, 132 km al noroeste de Managua, para reunirse con el equipo legal que lleva el caso en Francia y conocer sus avances.
«Hay mucha gente que se está muriendo (…) lo que queremos es que aligeren eso para que cancelen y paguen, porque el que murió no recibió nada y el que se está muriendo no ha logrado nada (aún)», dice Teodoro Jarquín, de 65 años, quien sufre alteraciones en el rostro a causa del pesticida.
El abogado que los representa ante la justicia francesa, Pierre Olivier Sur, los escucha y promete dar la batalla para que las compañías productoras del químico, Shell, Dow Chemical y Occidental Chemical, compensen a los campesinos por los daños que causaron a su salud.
«¡Ellos no podrán evadir su responsabilidad financiera!», aseguró Sur en francés y con ayuda de un traductor, a los exlabriegos que se amontonaron este miércoles en el teatro Rodrigo Callejas de Chinandega para escuchar noticias del proceso.
«Yo creo en la justicia», agrega el letrado, quien fue presidente de la Barra de Abogados de París.
Las tres trasnacionales estadounidenses son acusadas de producir y vender el pesticida a la Standard Fruit Company en Nicaragua, actualmente conocida con el nombre social de Dole Food Company, dijo a AFP el abogado nicaragüense Gustavo López, miembro del equipo legal que defiende a los trabajadores.
«Ese veneno que tiraban nos afectó a todos, al que lo agarró en lleno se murió y el que no, quedó padeciendo» alguna enfermedad. «Queremos que paguen pronto, si no nos vamos a morir todos» sin recibir la indemnización, agrega Jarquín.
El agroquímico causó a los campesinos problemas de esterilidad, cáncer, tumores y otras enfermedades, explicó López.
Los trabajadores se organizaron en 2002 para exigir una indemnización, y tras un juicio de cuatro años, un juez nicaragüense condenó a las tres compañías a pagar 805 millones de dólares a 1.234 exempleados de las bananeras nicaragüenses, indicó López.
El fallo fue confirmado por la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Nicaragua en 2012, pero el cobro no se pudo ejecutar porque las trasnacionales ya no tenían activos en el país.
Cuando los abogados apelaron a los tribunales estadounidenses fueron rechazados alegando problemas de jurisdicción, contó el abogado.
– «Que resuelvan pronto» –
Francia abre ahora una nueva esperanza a estos agricultores.
En noviembre pasado, Olivier Sur presentó una demanda de ejecución de sentencia ante la fiscalía de París contra las tres trasnacionales para obligarlas a pagar a los afectados en Nicaragua
«Se buscó justicia en Francia para que los campesinos obtengan la compensación que merecen», afirma López, quien ha llevado el caso desde el inicio.
El Tribunal de Gran Instancia de París se pronunciará sobre la demanda en los próximos meses. Si el fallo es favorable, se podrán embargar los activos que las trasnacionales tengan en cualquier país de Europa, incluida Francia, para hacer efectiva la indemnización, dijo López.
«Queremos que esto lo resuelvan este año porque han muerto más de 2.000 personas del veneno», declaró Mauricio Zavala, uno de los afectados, en alusión a los 17.000 personas que se cree fueron afectadas por el pesticida en Nicaragua.
Cerca de él estaba Juan José, un exlabriego de 70 años con el rostro agrietado por las arrugas, quien llegó a la reunión abatido, caminando con dificultad con un bastón a causa de una deformación en la rodilla.
Las noticias del abogado francés renovaron las esperanzas de estos campesinos, que aguardan en medio de la pobreza, que la corte francesa haga justicia.