Managua (AFP) – La oposición y el gobierno reanudaron este jueves el diálogo en Nicaragua con la expectativa de la excarcelación de «presos políticos» y bajo presiones de Europa y Estados Unidos, que exige adelantar los comicios del 2021 como salida a la crisis.
El miércoles, el gobierno y la oposición habían acordado volver a la mesa de trabajo a cambio de excarcelar el viernes a «un núcleo apreciable» de personas apresadas por las protestas antigubernamentales del año pasado, de acuerdo con una declaración conjunta.
«Los presos políticos son nuestro punto prioritario. El acuerdo dice que no pueden salir todos al mismo tiempo, tendrán que salir paulatinamente de acuerdo con un cronograma», dijo el jefe de la delegación de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), Carlos Tünnermann.
Tünnermann habló al ingresar a la reunión con la comitiva del gobierno, que contó con la presencia del nuncio apostólico, Waldemar Stanislaw Sommertag, como testigo, y el enviado especial de la OEA, Luis Ángel Rosadilla.
«En principio, entendemos que mañana (viernes) habrá una primera liberación de presos» como un gesto unilateral del gobierno, declaró al final de la jornada el empresario Mario Arana, delegado del bloque opositor.
Al menos 677 personas están en prisión, según cifras de la ACJD, pero «no estamos informados» cuantos serán puestos en libertad el viernes, dijo a la AFP el opositor y exvicecanciller José Pallais tras la jornada de pláticas de este jueves, que se desarrolló en la sede del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), en el sur de la capital.
Unos 100 detenidos fueron pasados a arresto domiciliario al comenzar estas negociaciones el 27 de febrero, luego del fracaso del diálogo el año pasado en medio de las protestas.
– Presión Internacional –
La reanudación de las conversaciones se produjo días después de que representantes empresariales se acercaran al presidente Daniel Ortega para buscar un entendimiento ante el agravamiento de la crisis económica y las sanciones internacionales que pesan sobre Nicaragua.
Managua enfrenta dificultades para acceder a créditos internacionales tras la aprobación en diciembre de una ley en Estados Unidos contra el gobierno de Ortega, lo que preocupa al sector empresarial.
El principal asesor para Centroamérica del Departamento de Estado, Todd Robinson, llamo al gobierno nicaragüense a negociar de «buena fe» para restablecer la democracia con medidas concretas y defendió el planteamiento opositor de adelantar las elecciones de 2012, algo a lo que Ortega se ha negado de plano.
«En esas elecciones buscamos nuevos líderes en Nicaragua. Líderes que no incluyen a Ortega y Murillo», apuntó Robinson, en alusión a la esposa del mandatario y vicepresidenta Rosario Murillo.
En tanto, la Eurocámara urgió este jueves a la Unión Europea a «adoptar un proceso escalonado de sanciones» contra el gobierno de Ortega hasta que se restablezcan «los derechos humanos y las libertades fundamentales».
Por 322 votos a favor, 25 en contra y 39 abstenciones, los eurodiputados reclamaron además a Managua «la liberación inmediata e incondicional de los presos políticos, el cese inmediato de todas las formas de represión (…) y el retorno de las organizaciones internacionales al país».
– Convocan manifestación –
A la mesa de diálogo no acudió el representante de los estudiantes, Max Jerez, luego que la coalición universitaria rechazara el reinicio de las negociaciones sin que el gobierno hiciera efectiva su promesa de liberar a los «presos políticos».
Agregaron que no serán «partícipes de una negociación donde (solo) hay promesas», aunque dijeron que mantienen su adhesión a la Alianza.
Pallais admitió que «los estudiantes quieren ver hechos» y trató de disimular las fisuras al señalar que «la alianza se mantiene unida».
La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), que surgió en medio de las protestas contra el gobierno el año pasado, respaldó la decisión de los estudiantes de no participar en el diálogo hasta que se liberen los presos y llamó a manifestarse el sábado en la capital, desafiando la prohibición oficial de expresarse en las calles.
«A movilizarnos por la liberación incondicional y absoluta de todos los presos políticos», exhortó el movimiento en un comunicado.
Los estudiantes lideraron las protestas iniciadas en abril contra Ortega, cuya represión, además de los casi 700 presos, dejó al menos 325 muertos y unos 50.000 opositores exiliados.
«No se puede negociar con rehenes, ni con una pistola en cabeza», coincidió el Movimiento de Renovación Sandinista, integrado por disidentes del gobernante Frente Sandinista.
A los reclamos se sumó el Comité Pro Libertad de Presos Políticos, que en una declaración se opuso a retomar las pláticas sin la «total liberación de presos».
El empresario Mario Arana dijo que es «imposible ignorar la reacción de todos», pero aclaró que el objetivo del diálogo sigue siendo liberar a los presos y adelantar las elecciones de 2021.